Capitulo 121

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—¿Cómo hiciste eso? —fue lo primero que Clarisse le preguntó a Neville cuando este le dio un fuerte abrazo.

—Sinceramente no tengo idea, pero es agradable verte de nuevo —Neville le respondió con alegría— veo que vamos a tener muchas visitas hoy.

Clarisse estaba feliz de verlo de nuevo, pero entre más le prestaba atención, más mal de veía. Su rostro estaba más morado de cerca, incluso parecía haber adelgazado bastante. Se notaba que llevaba vario tiempo viviendo en pésimas condiciones, pero a pesar de su aspecto se veía muy contento por volverla a ver.

—¿Los chicos llegaron bien? —Clarisse le preguntó.

—Están bien, todos están felices de tenerlos de nuevo. Solo espera que te vean otra vez —Neville respondió, tomándole la mano con fuerza. La miro fijamente e hizo una mueca— ¿Bill no viene contigo?.

—Llegará en un rato más, espero... es algo largo de contar, pero espero tener tiempo más tarde de platicarte —Clarisse respondió. Se sorprendió a sí misma al no sentirse incómoda contando aquello. Neville siempre le había dado una vibra muy pacífica.

—No te preocupes, no deseo entrometerme en tu vida privada —Neville respondió, aunque sin dejar de sonreír.

—Es mejor que se marchen ahora mismo, recuerden que afuera hay toque de queda y el encantamiento maullido. Con todas las personas que espero hay una gran probabilidad de que puedan descubrirnos —Aberforth respondió en voz alta. Clarisse agradecía internamente que tuvieran silenciado el lugar, si no los hubieran descubierto desde minutos atrás.

Clarisse y Neville se quedaron en silencio. En ese punto el tiempo contaba mucho, incluso si solo fueran
unos segundos. No sabían en qué momento los atacarían, así que tenían que ser rápidos. La Weasley trepó la repisa y se introdujo por el hueco que había detrás del retrato de Ariana Dumbledore. Al otro lado se encontró unos desgastados escalones de piedra y eso solo daba la impresión de que el pasadizo era muy antiguo. De las paredes colgaban lámparas de latón, y el suelo de tierra estaba liso y erosionado. Ambos chicos se pusieron en marcha y sus sombras se reflejaron ondulantes en las paredes.

—¿Cómo es que no tenía idea de la existencia de este pasadizo? —Clarisse preguntó en voz alta. Quería que la situación no se sintiera tanto por los minutos que les quedaban dentro del túnel— Fred, George y yo solíamos salir de Hogwarts de vez en cuando, pero nunca pensé que también había lugar por aquí.

—Todos esos los cerraron antes de que empezara el curso —comenzó a explicar Neville, el cual empezó a caminar de espaldas para ver a la cara a Clarisse— es una lástima que ya no se pueda usar ninguno de ellos.

—¿Por qué? —Clarisse preguntó alto desconcertada.

—Hay maldiciones en las entradas y mortifagos y dementores esperando en las salidas, pero eso ya no importa mucho —Neville hizo una mueca. Justo en ese momento titubeó un poco.

—¿Los Carrow siguen aquí? —se tropezó un poco, pero no tardo en recobrar compostura. Le dio algo de pena, pero Neville fingió no notarlo.

—Están peor que nunca, incluso los demás profesores tienen la orden de mandarnos con ellos cada que incumplimos las reglas, aunque tampoco los quieren mucho y evitan eso. Aún así ya nadie intenta nada, no es gracioso estar recibiendo crucios solo por respirar en mal momento —Neville respondió.

—Este lugar se convirtió en un infierno. Los estudiantes solían estar felices de venir...

—Y ahora la mayoría desean marcharse —Neville suspiró con pesar— ya casi hemos llegado.

Clarisse ⟨••Bill Weasley••⟩ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora