Capítulo 27

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Varias personas habían estado entrando y saliendo de la sede de la orden la semana siguiente, incluso Charlie había asistido una vez, pero aún no había señal de Bill. Clarisse deseaba con toda su alma verlo por lo menos un minuto. Esa noche la casa estaba más llena que de costumbre, así que después de que todos terminaron de tomar un aperitivo antes de la cena fueron enviados a sus habitaciones a pesar de que nadie quería hacerlo.

—¿Que sucede? —Clarisse le pregunto a los gemelos, los cuales se veían molestos.

—Hay reunión —George se quejo con molestia— no lo entiendo, somos mayores y aún no podemos asistir.

—No entiendo porque es tan secreto —Fred dijo igual que su hermano.

—¿A qué se refieren? —Clarisse no entendía lo que sucedía. Los días anteriores no los habían mandado a sus habitaciones.

—La orden no quiere que nos enteremos de lo que está sucediendo —George se agachó cuando vio a una persona en la escalera de abajo— aunque de todas formas algún día todos nos enteraremos.

—Georgie, creo que es momento de poner a prueba nuestro nuevo proyecto —Fred miró a su hermano con picardía y segundos después atrajo con un accio una especie de orejas. Clarisse levantó una ceja.

—Después te explicaremos —George le dijo.

Justo en ese momento la puerta principal fue abierta nuevamente, dejando a la vista a un pelirrojo que Clarisse tanto amaba. Bill se sacudió levemente su chaqueta de piel y miró a la puerta de la cocina, la cual fue abierta por Dumbledore. Clarisse estaba a punto de bajar por la escalerilla, pero los gemelos la detuvieron e hicieron una señal de silencio ante ella. Fred y George bajaron lentamente su invento. En cada piso que bajaban podían escuchar algo diferente, desde Ron y Hermione Discutiendo, el leve ronquido de Ginny y por supuesto a Kreacher quejándose frente al retrato de su dueña sobre los impuros que estaban en su casa.

—¡Solo es un niño! —pudieron escuchar a Molly Weasley gritando con enojo a los demás.

—Pobre muchacho, no puede tener ni un solo año sin estar en peligro —Arthur Weasley dijo con voz lenta.

—¿Que haremos entonces? —Mundungus parecía aburrido con la reunión por la forma en que arrastraba las palabras.

—Creo que lo mejor será tráelo ahora mismo para acá —Remus propuso— ya nos dimos cuenta que no está seguro con sus tíos muggles.

—Son unos incompetentes aún así, sabía que debía quedarse con Lunático —Sirius se quejó— iré por él en este momento.

—No puedes hacerlo, Sirius. Te buscan ahora mismo y es muy serio que te atrapen —Tonks le dijo a Sirius, el cual pareció soltar un bufido de molestia— yo iré por él, apuesto que más personas de las que están aquí reunidas me acompañaran.

—Yo lo haré, Dora no puede hacerlo todo sola... En especial por cómo están las cosas en este momento —Remus dijo calmado, pero aún así se podía notar su enfado.

Los gemelos y Clarisse se miraron con picardía. Era obvio que Lupin estaba enamorado de Tonks al igual que ella de él.

—¿Que pasa con el ministerio? —la voz que Clarisse tanto había extrañado se hizo notar— estoy seguro que ya se contactaron con Harry.

—Lo hicieron, por eso envié una carta al ministro hace un rato —Dumbledore habló— pero tendremos que ir por el Señor Potter en este momento. No sabemos si haya más dementores alrededor ahora mismo.

Los chicos se miraron con los ojos muy abiertos, pues era imposible que los dementores estuvieran en Londres muggle, en especial porque necesitaban que alguien los enviara hasta allá.

Clarisse ⟨••Bill Weasley••⟩ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora