El día de navidad Clarisse despertó sobresaltada debido a los gritos de sus compañeras de habitación, las cuales abrían sus regalos con emoción, además de que comenzaron a parlotear sobre que cosas sucederían esa noche en el baile. Clarisse se había topado con Antoine varias veces en el castillo, pero nunca habían podido charlar debido a que siempre estaba acompañado de todos sus amigos, los cuales parecían hacerle bulla cada vez que la veían cerca. Eso la incomodaba, así que no hacia mas que darle un asentimiento de cabeza.
Clarisse estaba molesta en ese momento, pues ni siquiera en vacaciones respetaban su sueño. Siempre hacian mucho ruido al levantarse y ellas se molestaban si Clarisse les reclamaba al respecto. Tal vez por eso odiaba tanto a Angelina. Sabia que ya no podía volver a dormir, asi que se levantó con el cabello alborotado y los ojos somnolientos. En el pie de su cama habían regalos, asi que ella no dudo en abrirlos. Sus padres le habían enviado una escoba nueva (lo cual era raro, pues no jugaba Quidditch y no era la mejor volando) de los gemelos una caja con sus productos y varios caramelos, incluso Cedric le dio un bonito sueter verde, ella había comprado algo para Bill, pero quería dárselo hasta la próxima vez que lo viera.
Justo después de abrir los regalos y de esperar hasta la tarde, Clarisse bajo con los gemelos, Harry, Ron y Hermione a las afueras del castillo. Todo estaba repleto de nieve, al igual que la noche anterior, a excepción de los caminos que daban al barco de Durmstrang y el carruaje de Beauxbatons.
—Pensé que este día sería más productivo —George se quejó temblando levemente ante la brisa fresca.
—Igual yo, pero de qué ya habrá algo bueno que hacer —Fred le respondió a su gemelo.
—Lo que pasa es que el tiempo se les está pasando lento por sus ansias de estar en el baile —Clarisse levantó una ceja, justo después de abrazó a si misma para darse un poco más de calor.
—No es verdad... —George se quejó, pero era obvio que quiera que fueran las ocho en punto.
—¿Seguro? —Clarisse se burlo del rostro rojo de ambos chicos.
Fred y George sabían que ella los había descubierto, y eso los avergonzaba, pero eso no se iba a quedar así. Ambos chicos se agacharon con rapidez y antes de que Clarisse pudiera darse cuenta de lo que sucedía, dos bolas de nieve la golpearon en el rostro. A pesar que ambos chicos no habían sido para nada rudos en sus lanzamientos, Clarisse perdió el equilibrio y cayó de sentón en la fría nieve.
—Chicos, no sean tan bruscos —Hermione los miró molesta y le dió una ayuda a Clarisse.
—Estoy bien, Hermione —Clarie tranquilizó a la chica dándole una enorme sonrisa— pero esto no se va a quedar así.
—¿De verdad? —Fred levantó una ceja, volviendo a tomar otra bola de nieve en sus manos.
—¿Que piensas hacer al respecto? —George la retó.
Clarisse sonrió más ampliamente e hizo aparecer dos bolas de nieve bastante grandes en comparación con las que los chicos le habían lanzado, así que sin que ellos se dieran cuenta, ella las dejó caer sobre su cabeza. Ambos chicos estaban atónitos ante lo que la chica acababa de hacer, pues a pesar de ser los mejores amigos, ella jamás les respondía ante los juegos y bromas que solían hacerle.
—Hoy tengo ganas de defenderme de ustedes —Clarisse les sacó la lengua.
—¡Oh! No hiciste eso —ambos chicos exclamaron.
—¿Te diste cuenta de lo mismo ir yo, Fred? —George miró a su gemelo con simplicidad.
—Lo hice, George —Fred levantó una ceja con burla.
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Clarisse ⟨••Bill Weasley••⟩
Fanfiction(COMPLETA) Clarisse Diggory jamás imaginó que a partir del torneo de los tres magos las cosas se pondrían feas, mucho menos que a pesar de la desgracia encontraría a alguien que la haría feliz en los momentos oscuros. (Basada en los libros)