Capitulo 140

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Clarisse jamás había sido tan feliz en toda su vida. Tenía un esposo maravilloso, esperaba la fecha del nacimiento de su primer hijo, había conseguido una familia que la quería como si fuera de sangre, incluso había estado trabajando como sanadora mientras esperaba la fecha en que daría a luz.

Nunca había pensado que se sentiría de aquella manera, ya que nunca se había sentido atraída por un embarazo, incluso jamás se había visto estándolo, pero una vez que escucho su corazón por primera vez hizo que todos sus malos pensamientos cambiaran a bien. Tenía que admitir que se sentía muy mal. Tenía náuseas todo el día, todos los días, incluso no podía comer lo que solía amar.

—Necesitas comer algo —Molly le dijo a la chica una vez que entró de nuevo a la cocina.

Aquella tarde habían hecho una reunión, así que todos ya se encontraban en sus lugares correspondientes. Su suegra solía hacer unos estofados muy ricos, pero aquel día no pudo evitar salir corriendo al baño cuando se lo pusieron enfrente. La pobre chica tenía la frente cubierta de sudor y aún sentía un nudo en la garganta.

—Lo intentaré —la chica respondió, quitándose el cabello del rostro.

Bill no dudó ni un segundo en acercarse a ella con un vaso con agua en la mano. Sabía que su esposa la había estado pasando mal, pero sabían que toda esa espera valdría la pena por completo. La chica le agradeció con la cabeza y de un solo trago terminó con el líquido. El hombre se adelantó a ella y le abrió la silla para que volviera a tomar su lugar.

—Te serviré puré de papa. No tiene sabores tan fuertes y se que te servirá hoy —Molly le dijo con cariño, para después ver cómo un plato se acercaba flotando hasta posarse frente a ella.

Tenía días que no comía bien, así que esperaba que por lo menos aquello le cayera bien. Dio el primer bocado y sintió como la comida caía en su estómago como lo hacía normalmente antes de estar embarazada. Aquello la sorprendió por completo, incluso después de mucho tiempo se sintió bien. Abrió los ojos con sorpresa y comenzó a comer con más ánimos, haciendo reír a los presentes.

—La comida no se irá a ningún lado —Fred bromeó.

—Cállate, tú no sabes lo que se siente no poder disfrutar la comida —Clarisse lo apunto con su cuchara en forma de reproche, pero al instante volvió a prestar atención a su plato.

En el mundo mágico habían cambiado muchas cosas aunque llevaban poco tiempo después de la batalla. Era raro de explicar, pero el ambiente era mucho más agradable para todos, incluso Clarisse no entendía como es que también todo se veía más cálido y pintoresco. Las tiendas que habían sido destruidas volvían a la vida, incluso todos los que habían huido de Gran Bretaña para escapar de Voldemort estaban regresando.

—¿Ya terminaste? —George le preguntó con una ceja alzada una vez que la chica comió el último bocado.

—Ni siquiera me dejan disfrutar —Clarisse respondió, dejando la cuchara limpia sobre la mesa.

—Recuerda que se hará tarde y aún tienes que ayudarnos con varias cosas en la tienda —Fred miró su muñeca. Si estaban algo retrasados.

—¡Oh si! Lo siento mucho chicos. Vámonos de una vez —Clarisse recordó que tenían apuro.

Aquella tarde los gemelos le habían pedido su ayuda. Clarisse era muy buena con las pociones y querían que los ayudara con algunos nuevos productos que querían lanzar a la venta. Bill se preocupaba de que ella estuviera lejos debido a lo riesgoso que era su embarazo, pero aún así confiaba bastante en que los gemelos la ayudarían si tuviera alguna complicación.

Una vez que los tres estuvieron listos se marcharon de La Madriguera por Red Flu. Habían conectado sus casas para llegar más rápido si así lo necesitaban. Clarisse sabía que para algunos podría ser algo incómodo, pero todos el la familia sabían respetar la privacidad y no llegaban de visita sin decir algo antes.

Clarisse ⟨••Bill Weasley••⟩ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora