Capítulo 44

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Después de que Clarisse llegó a Hogwarts no había dejado de llorar en cada momento libre. Odiaba sentirse tan triste y sola, en especial en el momento en que más necesitaba a Bill. El pelirrojo no había mandado ni siquiera una nota para que ella supiera que pasaría con su relación.
Los gemelos habían intentado hablar con ella, pero Clarisse solo intentaba hacerles creer que todo estaba bien. Ellos la conocían tan bien para saber que algo malo había pasado.

En el tablón de anuncios de Gryffindor habían colgado un enorme letrero, tan grande que tapaba casi todos los demás carteles: la lista de libros de hechizos de segunda mano que estaban a la venta, los habituales recordatorios de Argus Filch sobre las normas del colegio, el horario de entrenamiento del equipo de quidditch, las ofertas de intercambio de cromos de ranas de chocolate, los últimos anuncios de los Weasley para contratar cobayas, las fechas de las excursiones a Hogsmeade y las listas de objetos perdidos y encontrados. El nuevo letrero estaba escrito con grandes letras negras, y al final había un sello oficial junto a una pulcra firma cargada de florituras.

POR ORDEN DE LA SUMA INQUISIDORA DE HOGWARTS

De ahora en adelante quedan disueltas todas las organizaciones y sociedades, y todos los equipos, grupos y clubes.
Se considerará organización, sociedad, equipo, grupo o club cualquier reunión asidua de tres o más estudiantes. Para volver a formar cualquier organización, sociedad, equipo, grupo o club será necesario un permiso de la Suma Inquisidora (profesora Umbridge). No podrá existir ninguna organización ni sociedad, ni ningún equipo, grupo ni club de estudiantes sin el conocimiento y la aprobación de la Suma Inquisidora.
Todo alumno que haya formado una organización o sociedad, o un equipo,
grupo o club, o bien haya pertenecido a alguna entidad de este tipo, que no
haya sido aprobada por la Suma Inquisidora, será expulsado del colegio.

Esta medida está en conformidad con el Decreto de Enseñanza n.° 24.

Firmado:
Dolores Jane Umbridge
Suma Inquisidora

En cuanto Clarisse entro en el Gran Comedor comprendió que el letrero de la profesora Umbridge no había aparecido únicamente en la torre de Gryffindor. En el comedor se percibía un rumor de una intensidad peculiar y una agitación mayor que la habitual: los alumnos iban y venían por sus mesas, comentando unos con otros lo que habían leído. Ella se sentó junto a Harry, Ron y Hermione acababan de sentarse cuando Neville, Dean, Fred, George y Ginny formaron un corro a su alrededor.

—¿Lo han visto?

—¿Creen que lo sabe?

—¿Qué piensan hacer?

Todos miraban a Harry, y él echó un vistazo alrededor para asegurarse de que no había ningún profesor cerca.

—Seguiremos adelante de todos modos, desde luego —dijo con serenidad.

—Sabía que dirías eso —repuso George, sonriente, y le dio una palmada en el brazo.

—¿Los prefectos también? —preguntó Fred observando inquisitivamente a Ron y a Hermione.

—Por supuesto —afirmó ella con frialdad.

—Miren, ahí vienen Ernie y Hannah Abbott —observó Ron, que había girado la cabeza—. Y esos de Ravenclaw y Smith... Y ninguno tiene muchos granos.

Hermione parecía alarmada.

—Olvídate de los granos. ¿Se han vuelto locos? No pueden venir aquí ahora, resultará sumamente sospechoso. ¡Sientense! —les dijo a Ernie y a Hannah sin que se
la oyera, pero moviendo exageradamente los labios y haciéndoles señas para que
regresaran a la mesa de Hufflepuff—. ¡Más tarde! ¡Ya... hablaremos... más tarde!

Clarisse ⟨••Bill Weasley••⟩ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora