Capitulo 117

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Ambos se quedaron unos instantes contemplando aquella tumba improvisada. No sabía que más pasaría en esa guerra, tampoco tenía idea de quién estaría en la posición de Dobby, pero era algo que no quería ni imaginar.

Cuando entró en el pequeño vestíbulo, vio a los demás sentados en el salón mirando atentamente a Bill, que les hablaba. Clarisse agradecía internamente que en ese momento tuvieran casa llena, pues quería tomar distancia con William en lo que las cosas se calmaban y se sintiera mejor para charlar.

—¿No vas a entrar? —Clarisse le preguntó a Harry en cuanto noto que se quedó parado en el umbral.

—No quiero ensuciar tu alfombra de barro —Harry respondió. Clarisse no le dijo nada más, pues sabía que el chico no cedería con nada. Lo conocía lo suficiente, así que solo se quedó con la idea de que en un momento u otro tendría que acomodarse.

—... una suerte que Ginny esté de vacaciones. Si hubiera estado en Hogwarts, se la habrían llevado antes de que lográramos rescatarla. Ahora ya sabemos que ella también está a salvo. —Al volver la cabeza, Bill vio a Harry en la puerta y le explicó —: Los he sacado a todos de La Madriguera y los he llevado a casa de Muriel, porque los mortífagos ya saben que Ron está contigo y sin duda irán por mi familia. No, no te disculpes —añadió al ver la cara que ponía—. Sólo era cuestión de tiempo; mi padre llevaba meses diciéndolo. Somos la familia más numerosa de traidores a la sangre que existe.

—¿Cómo los has protegido? —preguntó Harry.

—Mediante un encantamiento Fidelio; mi padre es el Guardián de los Secretos. Y también le hemos hecho un Fidelio a esta casa y, por tanto, yo soy aquí el Guardián de los Secretos. Nadie de nuestra familia puede ir a trabajar, pero ahora eso es lo de menos. Y cuando Ollivander y Griphook se hayan repuesto un poco, nosotros también nos iremos a casa de Muriel, porque aquí apenas cabemos; ella dispone de mucho espacio. Clarisse le ha dejado crecehuesos a Griphook y ya se le están curando las piernas. Así que, si todo va bien, podremos trasladarlos dentro de una hora o...

—No, no, los necesito a los dos —lo interrumpió Harry, y Bill se sorprendió— Tengo que hablar con ellos; es importante.

La autoridad en la voz de Harry y la convicción que tenía los sorprendió.  De un momento a otro todos lo miraban, desconcertados.

—Voy a lavarme —añadió Harry mirándose las manos, manchadas de barro y de la sangre de Dobby—. Luego quiero hablar con ellos, enseguida.

Todos se quedaron en sus lugares mirando al chico hasta que desapareció dentro de la cocina.

—¿Ninguno de ustedes va a decir nada de lo qué pasó en la casa de los Malfoy, verdad? —Bill los miro de uno por uno. Nadie dijo nada. Clarisse supuso que los demás ya le habían contado un poco lo que había sucedido en Malfoy Manor.

—Creí que ya habíamos hablado de eso, William. Los chicos están cansados y yo también. —Clarisse le respondió. En ese momento tenía un gran dolor de cabeza.

—Claro, lo siento. No volverá a suceder —Bill respondió avergonzado.

La casa era bastante pequeña, pero los otros pudieron acomodarse arriba sin problema alguno. Cuando se quedaron solos ambos estaban callados, incluso Clarisse evitaba la mirada de Bill a toda costa. Sabía que en un momento dado tendrían que hablar de buena manera, pero en ese momento estaba dolida por el comentario que había hecho sobre su matrimonio. Solo estaban esperando que Harry subiera a descansar para poder hacerlo también ellos. Lo escucharon moverse después de unos minutos más, incluso ambos se pusieron de pie para llevarlo a donde se estaría quedando, así que se esperaron al pie de la escalera.

Clarisse ⟨••Bill Weasley••⟩ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora