Umbridge se había negado en más ocasiones a dejarla ir. Esperaría su turno en el tribunal ya que era una "traidora a la sangre". Justo después de que terminaron de hacerle las preguntas a la señora Cattermole, el sapo rosa las guío hasta el lugar en que había estado cuando sucedió el incidente con Fenrir Greyback y con Harry por usar magia fuera de Hogwarts.
—Por lo que se, estoy segura que no nos dejarán ir —Mary le comentó justo en el instante en que varios miembros del ministerio entraban en el tribunal.
—No hicimos nada malo... —Clarisse le respondió por lo bajo.
—Claro que no, pero a ellos no les interesa. ¿Que sucederá con mis niños ahora? —Mary la miró a los ojos. Los tenía completamente llenos de lágrimas.
—Tiene que ser fuerte. Saldremos de aquí, estoy segura —Clarisse le tomó la mano y se la apretó un poco. Aquel gesto lo aceptó la mujer.
Ambas se distanciaron unos cuantos sentimientos cuando Umbridge volvió a acercarse hasta ellas. Las miró de arriba a abajo con una malvada sonrisa y dirigió su mirada a las varitas que llevaba en una de las bolsas de su saco.
—Vayan preparándose. Espero que ese apoyo mutuo que tienen lo usen cuando compartan celda en Azkaban —Umbridge sonrió más anchamente que nunca.
—Usted es una mujer horrenda —Clarisse comentó con molestia. El rostro de Umbridge cambió por un segundo, pero volvió a tener la misma expresión que antes.
—No está en posición de ser mal educada, señora Weasley —Umbridge intentó seguir sonriendo, pero el tic que le dio en uno de sus ojos la delató.
—Y usted no está en posición de hacerme enojar. De todas maneras me enviara a Azkaban, así que no perderé la oportunidad de darle una paliza —Clarisse dio un paso al frente.
Umbridge era bastante baja en comparación del metro setenta de Clarisse, así que dio un paso atrás instantáneamente, no sin antes levantar su varita.
—¡No te acerques! —Umbridge chilló.
Aquello atrajo la atención de Yaxley, el cual se acercó hasta ellas con bastante rapidez. Clarisse estaba a punto de lanzarle un golpe, pero el mortifago la interceptó.
—¿Que es lo que sucede aquí? —Yaxley miró a las mujeres con una ceja levantada. Apretó con fuerza el brazo de Clarisse, así qué tal vez más tarde tendría un enorme moretón.
—No pasa nada. Estábamos esperando que la señorita Umbridge nos permitiera entrar al tribunal —Mary dijo con rapidez. El sapo rosa solo la miró con molestia.
Clarisse sabía que a Umbridge no le gustaría tener un altercado dentro del Ministerio de Magia, pues amaba su empleo y no querría verse mal. La horrible mujer solo sonrió y asintió con la cabeza hacia Yaxley para confirmar lo dicho por la señora Cattermole.
—Entonces no perdamos tiempo. Tenemos muchos sangre sucia en espera —Yaxley ni siquiera fingió al usar aquel insulto.
En ese momento las hizo entrar al tribunal. Clarisse tardó un poco en percatarse del inmenso frío que comenzaba a envolverlo. A cada paso que daba hacía frío, y más frío. Habría pensado que se debía a que el tribunal no tenía ningún tipo de ventilación, hasta que sintió una gradual sensación de desilusión y desesperanza que se propagaba por su interior. Dementores.
La escena que tenía frente a ella era algo espeluznante. Aquel lugar estaba atestado de seres de elevada estatura, vestidos de negro y encapuchados, con los rostros ocultos por completo. Los demás hijos de muggles que estaban listos para interrogar estaban sentados, apiñados y temblando, en uno bancos de madera.
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Clarisse ⟨••Bill Weasley••⟩
Fanfikce(COMPLETA) Clarisse Diggory jamás imaginó que a partir del torneo de los tres magos las cosas se pondrían feas, mucho menos que a pesar de la desgracia encontraría a alguien que la haría feliz en los momentos oscuros. (Basada en los libros)