Capitulo 135

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Varias maldiciones comenzaron a estrellarse contra la fachada del colegio, las cuales eran lanzadas desde los oscuros jardines.

—¡Agáchense! —Clarisse escuchó a Harry gritar.

Su conciencia iba y venía, aunque sólo pasaba en segundos. Sabía que no tenía que rendirse ante el cansancio que sentía. El dolor se estaba yendo, dejando entumecidas sus extremidades.

—¡Ayúdame Percy! —George le gritó a su hermano mayor con fuerza.

Entre los dos levantaron cuidadosamente a Clarisse para que Fred pudiera salir de debajo. Para ese punto, la chica ya había perdido el conocimiento. Lo cual preocupaba profundamente a los chicos. Esas eran malas señales. Fred estaba desesperado, pues no sabía que hacer para salvar a su mejor amiga. George cubría las heridas sangrantes de la chica mientras Percy la sostenía en brazos, completamente pálido cual fantasma.

—¡Vamos, chicos, tenemos que movernos! —Percy les gritó con fuerza al ver que ninguno de los gemelos se apartaban de Clarisse inconsciente, pero aquello era muy peligroso, pues cualquier maldición podía golpearlos en cualquier momento— no puedo llevarla a un lugar seguro si ustedes no me dejan pasar.

—¡Linda, vamos, abre los ojos! —George le daba palmadas a Clarisse en las mejillas, pero ni siquiera las sentía. La chica estaba perdiendo el color.

—¡Todo esto es mi culpa! —Fred gritó dolorosamente, acercándose a sus hermanos para cubrir el cuerpo de la chica de los escombros que seguían cayendo— no, no, no...

—¡Chicos! —Harry vio cómo las lágrimas surcaban la mugre que cubría la cara de Ron cuando éste tomó a sus hermanos por los hombros, pero aún así los gemelos se negaban a moverse. Percy cada vez sostenía a Clarisse con más fuerza para evitar que se cayera de sus brazos.—. ¡No pueden hacer nada aquí! Necesita atención médica, aquí nos van a...

En ese momento Hermione soltó un chillido. Harry no tuvo que preguntar por qué: una monstruosa araña del tamaño de un coche pequeño intentaba colarse por el enorme boquete de la pared; un descendiente de Aragog se había unido a la lucha.
Ron y Harry lanzaron a la vez sus hechizos, que colisionaron, y el monstruo salió despedido hacia atrás, agitando las patas de forma repugnante antes de perderse en la oscuridad.

—¡Ha venido con sus amigos! —informó Harry a los demás. Asomado al boquete que las maldiciones habían abierto en el muro, observaba cómo otras arañas gigantes trepaban por la fachada del edificio, liberadas del Bosque Prohibido, donde debían de
haber penetrado los mortífagos.

El muchacho les lanzó hechizos aturdidores y provocó la caída de la que venía en cabeza encima de las demás, de modo que todas rodaron edificio abajo y se perdieron de vista. Las maldiciones continuaban pasándole tan cerca de la cabeza que le levantaban el cabello.

—¡Larguémonos ya! —urgió.

Empujó a Hermione hacia Ron y el cual le dio un leve empujón a Fred para sacarlo de su trance. Percy era el único que de los tres Weasley de que tenían que moverse de ahí para no morir, así que como pudo se hizo a un lado para apartarse de los gemelos. Clarisse no era pesada, pero sus brazos estaban cansándose debido a que los chicos se habían estado colgando de él.

—¡Yo la llevaré! —George le gritó a Percy una vez que volvió en si. Fred lo miró horrorizado y lo ayudó a pasar a la chica de brazos.

No querían moverla mucho, pues no sabían que heridas podía tener y mucho menos querían verla morir. Tuvieron que agacharse cuando algunas maldiciones volaron por sus cabezas. No tenían tiempo para seguir esperando.

—Mira, ahí mismo —indicó Harry, y lo pusieron en un nicho desocupado por una armadura.

Percy, Fred y George, con Clarisse en brazos, corrieron al lado contrario de Ron, Harry y Hermione. No sabían que misión tenían y no les importaba en lo absoluto, pues para los gemelos lo más importante era verificar si Clarisse seguía con vida.

Clarisse ⟨••Bill Weasley••⟩ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora