Bill y Clarisse terminaron de vestirse después de terminar con sus actividades. Habían decidido ir a La Madriguera para ver a los demás y verificar si se encontraban bien. No sabían si los mortifagos habían regresado o habían lastimado a los invitados, así que estaban un poco asustados.
La familia de Clarisse se había marchado con rapidez, a excepción de los varones, que se habían quedado a ayudar a los Weasley. Bill le dijo que estaban sanos y salvos, además de que se habían ido de La Madriguera al mismo tiempo que él regresaba con ella.
Viajar ya no era para nada seguro, así que tuvieron que usar un traslador para acercarse lo más posible a los terrenos de La Madriguera. Bill había quitado la Red Flu de su nueva casa, así que era algo que no podían usar en esos tiempos oscuros. Cuando llegaron al lugar, ella notó de inmediato que aún estaba la carpa de la fiesta y algunos de los arreglos tirados por doquier.
—Tenemos mucho que limpiar —Clarisse le comentó a Bill.
—Eso si. Pero no creo que tardemos tanto en hacerlo —respondió Bill, tomándole la mano para caminar juntos hasta la entrada de La Madriguera.
Cuando estuvieron frente a la casa, tocaron un par de veces la puerta. Una pequeña rendija que estaba en el centro se abrió, dejando ver un ojo azul, distintivo de los Weasley. En un segundo, la puerta fue abierta.
—Pasen, pasen —los apresuró Molly, mirando con avidez detrás de ellos. Aún temía que los mortifagos regresaran.
Clarisse sabía que los chicos corrían un enorme riesgo si a ella la interrogaban. Aquella era una posibilidad muy mínima, pero sabía que los mortifagos no volverían porque se habían dado cuenta que Harry Potter no se encontraba en aquel lugar.
—Clarisse... —Cedric se acercó hasta ella con miedo, para después abrazarla con fuerza— ¿Estás bien?
—Lo estoy, Ced. ¿Y tú? —ella le preguntó, mirándolo de pies a cabeza una vez que se separaron.
—No pasó nada muy malo para nosotros —Cedric hizo una mueca— aunque tengo que admitir que nos dieron un buen susto.
—Ya saben que una buena fiesta siempre tiene una pelea al final —Sirius comentó, acercándose hasta la pareja recién llegada— aunque no me esperaba una a tal magnitud. Por cierto, Molly. ¿Sabes algo de Remus?
—Salió hace rato, pero no dijo nada al respecto de adónde iría —Molly respondió, haciendo una mueca.
Lo más seguro era que tendrían una reunión de la Orden del Fénix, así que era importante que todos estuvieran presentes. El ataque de la noche anterior no había sido tan malo como esperaban, pero aún así estaban seguros que habría muchos más. Clarisse sabía que su nueva vida de casada con la guerra a la vuelta de la esquina sería algo complicada, pero no le importaba en lo absoluto, pues estaba con su Bill.
Clarisse notó que Nymphadora estaba sentada en un rincón, cabizbaja y con el pelo oscuro. La última vez que estuvo así fue por que Remus no había aceptado tener nada que ver con ella, así que lo más probable es que habían peleado. Ella se acercó hasta Tonks.
—Hola... —Clarisse la saludó. La chica levantó la mirada un poco asustada.
—Clarie, hola –Tonks respondió.
—¿Estás bien? —Clarisse preguntó.
—Tengo un pequeño problema —Tonks respondió con tristeza— desde hace varios días atrás comencé a sentirme un poco extraña, incluso mi metamorfomagia empezó a descontrolarse. Ayer me enteré de que estoy embarazada y justo hace unas horas atrás se lo dije a Remus.
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Clarisse ⟨••Bill Weasley••⟩
Fanfic(COMPLETA) Clarisse Diggory jamás imaginó que a partir del torneo de los tres magos las cosas se pondrían feas, mucho menos que a pesar de la desgracia encontraría a alguien que la haría feliz en los momentos oscuros. (Basada en los libros)