Capitulo 142

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Ser padres no era tan fácil como lo habían pensado al principio. Se habían estado mentalizando con todos los consejos que les daban sus conocidos, pero nada se comparaba a la realidad. No dormían nada bien, incluso todo el tiempo estaban preocupados de que algo malo le pasara a su hijo mientras ellos no lo veían. Clarisse se había fijado que Bill solía levantarse en las noches a mirar a su hijo, además de que le tocaba el pecho para ver si estaba respirando.
Tenían que admitir que estaban tan agotados que ya ni quiera tenían tanta intimidad como antes, incluso a pesar de seguir sintiendo el mismo deseo, sus tiempos libres los usaban para limpiar y para dormir las horas que les faltaban.

Todos habían ayudado mucho, incluso después de que la habían ayudado a dar a luz había creado un vínculo muy fuerte con Percy y Charlie, los cuales iban de visita cada que podían. Los gemelos casi siempre se la pasaban ahí, ayudando mientras Clarisse descansaba un poco.

Antes había escuchado que los hijos crecían con mucha rapidez, pero ella no se lo creía hasta que comenzó a ver todos los avances diarios que tenía su bebé, el cual cada vez estaba mucho más grande que antes, tanto que incluso cargarlo la agotaba mucho. Iba demasiado grande para su edad, pero aún así era bastante tierno.

Fue una sorpresa para todos que no tuviera el pelo rojo al nacer, así que era el primer Weasley con el pelo rubio. Clarisse tenía el cabello bastante claro, pero no tanto como lo tenía su bebé. Sabía que en su familia habían personas que tenían aquel color, así que había regresado bastante fuerte. Ella solía pensar que por burlarse de Draco Malfoy tuvo un hijo parecido.

—Yo me encargo de darle de comer, tú sube y duerme un poco —Bill le dijo a la chica, la cual estaba adormilada,  tal punto que sus ojos se cerraban solos.

La noche anterior había sido muy pesada, pues el pequeño no había dejado de llorar y no quería dejar los brazos de su mamá. Molly les había comentado que no tenían que cargarlo tanto porque se acostumbraría y no querría dormir en su propia cama, pero Clarisse no podía evitar no tenerlo con ella. Desde que había nacido solo quería estar con él. Bill estaba de la misma manera, así que por disfrutarlo más estaban batallando un poco.

—Tú tampoco dormiste bien —la chica respondió con cansancio, levantando ambos brazos para estirarse.

—Pero si más que tú. Cuando descanses lo haré yo también. ¿Te parece bien la idea?.

—Está perfecta —la chica respondió. Sabía que necesitaba dormir bien.

Bill sonrió y tomó a su hijo en brazos mientras veía subir a Clarisse las escaleras. Una vez que escucho la puerta cerrarse, llevó al pequeño a la silla para alimentarlo. Apenas unos días atrás habían comenzado a comer, así que era divertido ver las reacciones que tenía. De inmediato se dieron cuenta que era muy glotón, así que se llevaría de maravilla con su tío Ron y sus padrinos.

—El día de hoy te daré espárragos —Bill habló con voz tierna a su hijo, el cual solo lo miró sin entender por completo lo que decía.

El pequeño solo comenzó a mover sus pies descalzos de un lado a otro mientras esperaba que Bill le diera algo para comer. Cuando lo sentaban ya sabían la razón, así que comenzó a hacer ruidos para llamar la atención del pelirrojo, al cual solo se rió por lo bajo.

—Veo que eres bastante desesperado. En unos minutos tendrás tu puré —Bill le echó un vistazo.

Con rapidez comenzó a moler los espárragos. No podía comer nada duro en ese momento, así que todas sus comidas eran purés y leche. Al pequeño solía gustarle mucho aquello, así que nunca se quejaba de nada. Desde que había nacido era bastante tranquilo la mayoría de las veces, aunque cuando se descontrolaba solía ser bastante molesto.

Clarisse ⟨••Bill Weasley••⟩ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora