Capitulo 82

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Después del funeral de Albus Dumbledore las cosas parecían ser diferentes dentro de la Orden del Fénix. Las reuniones eran bastante más oscuras que antes por las muertes y desapariciones en aumento, además de que era difícil confiar en los mismos miembros de la Orden después de la traición de Severus Snape. Remus y Sirius los obligaban a preguntarse cosas cada vez que regresaban a casa para verificar si realmente eran ellos o impostores.

Clarisse estaba bastante feliz, pues su estudio había dado frutos y gracias a ellos estaba terminando la academia con buenas calificaciones y bastantes conocimientos para graduarse en un par de meses más, además de que había regresado a vivir a La Madriguera con los demás, aunque su único problema era que sus padres no le querían regresar a Brutus. Estaba muy molesta con ellos, así que se había arreglado desde temprano para salir sin que los demás se percataran de ello. No quería causar más conflictos.

Hizo el mismo viaje de siempre, así que no tardo más de diez minutos en regresar a su antigua casa. Era bastante linda aún, pero lamentablemente quedaría sola para siempre, pues tampoco Cedric quería tener nada que ver con la herencia Diggory. No quería entrar en aquel lugar, pero no tuvo más opción que tocar el timbre y esperar a que un elfo doméstico le abriera, lo cual no tardo más de unos segundos.

—¡Ama Clarisse! —el elfo doméstico dijo con emoción mientras le tomaba la mano y la hacía entrar— pase, pase. ¿Quiere algo de comer?

—¡Krax! —Clarisse lo saludó con felicidad— por el momento no tengo hambre, me gustaría ver a mis padres.

—¡Oh, señorita! Están enojados con usted. Todo el día le han estado diciendo a Krax que no quieren tenerla aquí después de que regresó con los Weasley —Krax dijo con miedo— Krax no quiere que la ama Clarisse se vaya.

—¿Dijeron algo más, Krax? —Clarisse le preguntó.

—Le dijeron a Krax que se quedaría aquí solo para siempre cuidando la casa —el elfo respondió con miedo— pero Krax sabe que Clarisse y Cedric jamás lo dejaran solo.

—Y tienes toda la razón, después de que me vaya de aquí te llevare conmigo —Clarisse le dio una media sonrisa al elfo, haciendo que la criatura la mirara con felicidad.

—Krax está muy feliz de escuchar eso, Krax irá a preparar las cosas de Brutus.

Clarisse vio como el elfo doméstico corría con rapidez hasta la cocina y desaparecía por detrás de la puerta. Desde que tenía memoria, Krax la había cuidado, incluso mucho más que sus propios padres. Cuando su abuelo murió se lo dejó como herencia para que la protegiera, así que eso hizo hasta que sus padres lo necesitaron para la mansión Diggory. Sin duda alguna no dejaría que sus padres lo dejaran encerrado en aquel lugar para siempre .

Sabía exactamente en donde se podrían encontrar sus padres, pues conocía cada rincón de aquel lugar a la perfección, además de que toda su infancia siempre estaban ubicados en el mismo lugar. En el tercer piso había una enorme biblioteca, en la cual había una puerta bastante grande que daba al despacho principal de los Diggory. Aquel lugar había estado por muchas generaciones y por ende era rara la ocasión en la que la dejaban acercarse. En ese momento no le importaba en lo absoluto si iba en contra de las reglas.

Clarisse no tardo mucho en llegar a aquel lugar, así que no dudo en entrar a la biblioteca a paso rápido. El ventanal dejaba entrar los rayos del sol, así que todo estaba bastante iluminado como para no tener que usar candelabros o velas al momento de leer en el día. Siempre había sido un lugar bastante acogedor y sería una de las únicas cosas que extrañaría de aquel lugar. Cedric estaba de su parte, pues sabía cómo eran sus padres, así que tampoco regresaría con ellos por nada del mundo, mucho menos lo haría por Fleur, con la cual parecía llevar una relación bastante linda.

Clarisse ⟨••Bill Weasley••⟩ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora