Clarisse ⟨••Bill Weasley••⟩

Capitulo 25

Clarisse despertó de golpe en la enfermería. Ella en ese instante se largo a llorar nuevamente, causando que las personas que estaban a su alrededor se amontonaran a su alrededor, mirándola con tristeza. Ella en ese momento deseaba no haber despertado jamás.

—Clarisse —Bill la llamó por su nombre y se acercó hasta ella cautelosamente. Su corazón se apretaba al verla en ese estado.

—¿Por qué tenía que pasarle esto a él? —Clarisse negó con la cabeza en repetidas ocasiones— sabía que algo malo pasaría... Esto es mi culpa ¡Es mi culpa!

—No lo es —Fred se colocó del otro lado de su camilla y le acarició el cabello con ternura.

—Mi presentimiento no era bueno, debí haber insistido más para que detuvieran la prueba... No puedo creerlo —Clarisse dijo con la voz entrecortada. Su hermano, su amigo, su compañero de vida de había marchado para siempre— ¿En dónde está él?

—Dumbledore se lo llevó... —George le dijo con lastima.

Clarisse vio como Madame Pomfrey de acercaba a ella con cientos de pociones en sus manos, pero Clarie estaba lo suficiente cansada y triste para poner objeción a todo lo asqueroso que pasaba por su boca. De la nada el llanto había cesado, dejando en ella un estado de negación.

—Veo que está despierta, Señorita Diggory —Dumbledore entró en la enfermería— ¿Podría venir a mi despacho ahora?

—No puede hacerlo aún, profesor. Está demasiado débil como para levantarse —Madame Pomfrey miró con molestia al anciano y volvió a suministrarle más pociones.

—Lo sé, pero esto es importante —Dumbledore miró a Clarisse.

Ella se levantó de la camilla ante las miradas preocupadas de todos. Ni siquiera se inmutó en ponerse los zapatos. Ella siguió a Dumbledore por el pasillo hayas llegar a la enorme gárgola que daba paso a su despacho.
Clarisse miró a Harry Potter sentando en una de las sillas, pero no sé sorprendió al ver a Sirius Black ocupando la otra. Ella ni siquiera estaba interesada en lo que hacía Black ahi, así que solo se sentó en la silla y miró a la nada. No sentía nada en ese momento, no había nada que la pudiera lastimar más.
Sirius y Harry se marcharon del despacho de Dumbledore, así que ella se quedó a solas con el profesor.

—Señorita Diggory —Dumbledore se sentó frente a ella— como pudo notar, Harry Potter nos acaba de informar sobre los sucesos en la Tercera Prueba.

—No es por ofenderlo profesor, pero en ese momento no me interesan la vida de los demás —Clarie dijo seca. Ella no quería ser grosera, pero no le importaba el castigo que pudiera tener al responder eso.

—Se que no lo hace, Señorita Diggory, pero creo que esto tiene que ver con su hermano —en ese momento Clarisse lo miró de tal forma que informaba que quería escuchar más— justo después de que ambos volvieron del laberinto pudimos notar habían sido trasladados hasta un cementerio Muggle. Su hermano no tenía signos vitales y además de eso era fácil ver qué lo habían maldecido con un Avada Kedavra.

Clarisse sintió como su corazón se hacía pequeño en ese instante. Por lo menos ya estaba enterándose que es lo que había sucedido esa horrible noche. Por lo menos su hermano no había sentido dolor, así que eso la calmaba mínimamente, pues deseaba que eso jamás hubiera ocurrido.

—¿Que me diga esto hará la diferencia? —Clarisse le preguntó tontamente.

—Después de que Madame Pomfrey revisó a su hermano por una última vez, pudo notar un leve latido de su corazón. Era suficientemente bajo como para no notarlo, pero ahí estaba.

Clarisse se levantó de un salto y se acercó más al escritorio de Dumbledore. Sintió que la vida volvía a ella con esa noticia, tanto que no siquiera sabía que decir. Le fue inevitable llorar a mares.