Capitulo 108

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Clarisse regresó a casa bastante cansada por los sucesos del día. Nunca había pensado que atender a tantos chicos en un solo día iba a ser tan agotador, pero aún así amaba lo que hacía y sobre todo amaba ayudar a los demás. Dejó sus cosas sobre la mesita de la sala y se dirigió al baño para lavarse el rostro.

Vivir cerca de la playa cuando estaba a lloviendo no era lo mejor del mundo, ya que hacía que el clima fuera más húmedo y por ende en un punto caluroso. Cuando camino por el pasillo de la segunda planta se topó con su esposo Bill, el cual acababa de ducharse, ya que aún llevaba una toalla envuelta alrededor de la cintura.

—Hola, guapa —Bill la saludó sorprendido, pero aún así con una sonrisa en el rostro— no te escuché llegar, ¿tienes mucho que llegaste?

—Acabo de hacerlo, guapo —Clarisse respondió de la misma forma. 

Bill sonrió nuevamente al ver a su esposa, aunque al instante notó el rostro cansado de la mujer. Estaba feliz por lo que su pareja hacía en Hogwarts, pero a veces se le hacía muy pesado para ella que tuviera que quedarse tanto tiempo y hasta horas después de lo que debía salir. Se le notaba la emoción a Clarisse, así que no quería hacerla sentir mal.

—¿Cómo te fue hoy? —Bill le preguntó con curiosidad, quitándose la toalla para empezar a vestirse justo en el pasillo.

—Oye, ¿no crees que es mejor cambiarte en nuestra habitación? —Clarisse le preguntó un poco apenada por lo que veía. A veces se volvía a sentir como si fuera la primera vez que lo veía desnudo.

—Estamos conversando, linda. Además había esperado mucho tiempo para que llegaras —Bill le respondió.

Clarisse sabía que aquella acción la estaba tentando mucho. Solo notaba que la boca de Bill se movía, pero no hacía movimiento alguno. Podía sentir como el color subía lentamente en sus mejillas y no se dio cuenta que no había apartado la mirada de las partes íntimas de su esposo hasta que lo vio moviendo sus manos frente a su rostro.

—Creo que no fue buena idea cámbieme frente a ti —Bill le dijo riendo— que cochinota.

—¡Ay ya! —Clarisse exclamó, tocándose el rostro con ambas manos mientras se sentía avergonzada— tú eres el culpable, solo me estás tentando.

—Estaría muy feliz de escuchar eso, amor, pero tenemos algo que hacer esta tarde —Bill le guiñó el ojo.

Clarisse no sabía a lo que se refería, pues sabía que no tenía nada que ver con hacer el amor, ya que Bill no se hubiera vestido de ser así. Ella lo miró curiosa, lo que solo hizo que el hombre sonriera.

—¿Que es lo que haremos? —Clarisse lo miró con una sonrisa, aunque por dentro se moria de curiosidad.

—Ve a vestirte primero, quiero que sea una sorpresa —Bill sonrió— solo lo tardes mucho, cariño, porque también estoy emocionado.

Clarisse no respondió, aunque si tomó vuelo y corrió a toda prisa a la habitación para conseguir ropa bonita y acto seguido al baño para ducharse rápidamente. En lo que coincidía con Bill era en usas ropa Muggle, ya que no le gustaban mucho las túnicas.
No sabía si irían a algún lugar mágico o no, así que lo que había escogido iba perfectamente a la perfección.
Lo bueno de su esposo es que a pesar de que se casaron nunca dejó de darle detalles o de invitarla a tener citas.

Una vez que estuvo lista bajo para encontrarse con Bill, el cual comía galletas con emoción. Amaba las cosas dulces al igual que ella.

—Ahora estuviste lista en tiempo récord —Bill le dijo mientras masticaba, segundos después la miró de pies a cabeza con amor— estás preciosa, valió la pena esperar.

Clarisse ⟨••Bill Weasley••⟩ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora