—¿Por qué tardan tanto? —Clarisse se quejó por tercera vez.
—Viven un poco más lejos que nosotros. Además no tardan en llegar —Amos le dijo a su hija. La emoción era notoria en el rostro del hombre.
Todos habían estaba esperando con ansias el mundial de Quidditch, además habían batallado un poco en conseguir los boletos, pero ya estaban preparados para cualquier cosa que pasara.
—Padre, ya vienen —Cedric comentó mientras miraba entre las ramas de los árboles.
—¡Aquí, Arthur! Aquí, hijos, ya lo tenemos.
—¡Amos! —el señor Weasley exclamó mientras se dirigía a zancadas hacia el hombre que había gritado. Los demás lo siguieron.
Amos tenía en sus manos una horrible y vieja bota. Clarisse aun se sorprendía por como los magos se las ingeniaban para despistar a los muggles.
—Éste es Amos Diggory —anunció el señor Weasley— Trabaja para el Departamento de Regulación y Control de las Criaturas Mágicas. Y creo que ya conocen a sus hijos Cedric y Clarisse.
—Hola —saludó Cedric, mirándolos a todos.Todos le devolvieron el saludo, salvo Fred y George, que se limitaron a hacer un gesto de cabeza. Aún no habían perdonado que Cedric venciera al equipo de Gryffindor en el partido de Quidditch del año anterior.
—Hola a todos —Clarisse les dio una amplia sonrisa, a cual todos aceptaron.
—Clarie, que grande estas —Fred y George le dijeron al mismo tiempo mientras se acercaban a ella y la abrazaron.
—Creciste mucho —Fred le dijo.
—Estos últimos días —George termino.
—¡Pero sigo igual! —Clarisse les dijo con molestia.
—¿Ha sido muy larga la caminata, Arthur? —pregunto su padre.
—No demasiado —respondió el señor Weasley— Vivimos justo al otro lado de ese pueblo. ¿Y ustedes?.
—Hemos tenido que levantarnos a las dos, ¿verdad, hijos? ¡Qué felicidad cuando tengan por fin el carné de aparición! Pero, bueno, no nos podemos quejar. No nos perderíamos los Mundiales de quidditch ni por un saco de galeones... que es lo que nos han costado las entradas, más o menos. Aunque,en fin, no me ha salido tan caro como a otros...
Amos Diggory echó una mirada bonachona a los hijos del señor Weasley, a Harry y a Hermione. Clarisse sabia que su padre a veces podía llegar a ser molesto con sus comentarios, así que solo se limito a darle una mirada molesta, tal y como se lo había dicho su madre.
—¿Son todos tuyos, Arthur?.
—No, sólo los pelirrojos —aclaró el señor Weasley, señalando a sus hijos— Ésta es Hermione, amiga de Ron... y éste es Harry, otro amigo...
—¡Por las barbas de Merlín! —exclamó Amos Diggory abriendo los ojos— ¿Harry? ¿Harry Potter?
—Ehhh... sí —contestó Harry
Clarisse lo miro apenada, había conversado con Harry anteriormente y sabia que le incomodaba que le prestaran mas atención de la necesaria, pero el pobre ya estaba acostumbrado. Harry solo negó ante la mirada de disculpa y le dio una corta sonrisa a la chica.
—Ced me ha hablado de ti, por supuesto —dijo Amos Diggory— Nos ha contado lo del partido contra tu equipo, el año pasado. Se lo dije, le dije: esto se lo contarás a tus nietos. Les contarás ¡que venciste a Harry Potter!
—Padre, ya basta. Te hemos contado lo que realmente sucedió —Clarisse estaba apenada con el chico, amaba a su padre, pero odiaba cuando presumía. Fred y George volvieron a fruncir el entrecejo. Cedric parecía incómodo.
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Clarisse ⟨••Bill Weasley••⟩
Fanfiction(COMPLETA) Clarisse Diggory jamás imaginó que a partir del torneo de los tres magos las cosas se pondrían feas, mucho menos que a pesar de la desgracia encontraría a alguien que la haría feliz en los momentos oscuros. (Basada en los libros)