La navidad había llegado nuevamente y la idea de pasarla junto a los Weasley y a la Orden del Fénix en Grimmauld Place no parecía tan mala, todo lo contrario. Todas las navidades de Clarisse habían sido demasiado aburridas, pues siempre estaba sola o tenían que ir al aburrido baile de navidad que organizaban los Malfoy.
Ella había tenido tiempo para salir con Tonks a comprar los regalos de navidad que le daría a cada una de las personas que estaban junto a ella.
Aún no se reconciliaba con los gemelos, pero aun así compraría algo para ellos, pues no podía dejar de tenerles afecto fraternal.Lo mejor del paso de los días era que podía convivir con Bill en cada momento. El trabajo que hacía en Gringotts no era tan pesado en esas fechas, así que estaban toda la tarde juntos y hablando de cualquier tontería. Además de ser pareja habían creado un extraño vínculo amistoso, eso era lo mejor de todo para ella.
En nochebuena el profesor Dumbledore había aparecido en Grimmauld Place, lo cual sorprendió a la mayoría, pues solo asistía cuando había reunión de la Orden. Ella se sorprendió cuando el anciano profesor pidió hablar con ella en privado.
—¿Cómo está, señorita Diggory? —Dumbledore le preguntó con su típica sonrisa en el rostro.
—Estoy bien —Clarisse le respondió de la misma manera.
Ella supo al instante que le hablaría sobre su familia, pues solo para eso pedía verla. Clarie esperaba con todo su corazón que fueran noticias buenas, pues no podía soportar la idea de perder a los demás.
—Tengo que decirle una noticia bastante importante —Dumbledore la miró por encima de sus gafas.
—¿Sucede algo malo? —Clarie le preguntó al instante con temor.
—Señorita Diggory, las noticias que le doy nunca son malas —Dumbledore le dijo con gracia— todo lo contrario.
—Lo siento, profesor —Clarisse se acomodó en su lugar con algo de vergüenza por su actitud— ¿Cedric mejoró.
—Lo hizo... quiere verla –Dumbledore la miró fijamente— esta tarde a las cuatro haré un traslador que la llevara hasta donde se encuentra su familia.
Clarisse no sabía cómo reaccionar, así que involuntariamente un grito de felicidad salió de ella y sin saberlo ya estaba abrazando a Dumbledore, haciendo que el anciano se moviera de un lado a otro por su efusividad.
—Perdón... —Clarisse se separó del hombre al ver lo que estaba haciendo— no me di cuenta, señor.
—No pasa nada —Dumbledore la miró con una sonrisa— prepare sus cosas, queda poco tiempo.
X
Clarie sabía que solo estaría un pequeño momento con su hermano, pero aún así era mejor que no verlo por más tiempo. Lo extrañaba tanto, pues siempre estaba con ella a pesar de que en el colegio no fueran muy apegados. Ella quería ver por si misma todos los avances que tenía en cuanto a su recuperación se trataba. Ella se vistió y tomó el pésquelos presente que había comprado a su familia, pues su plan era hacérselos llegar por Dumbledore o por Madame Pomfrey.
Ella entró a la biblioteca cinco minutos antes de las cuatro. Nadie de los presentes sabía a donde se dirigía ella, además de que Bill aún no había llegado para poder hacérselo saber. Estaba segura que Dumbledore le contaría algo al respecto, pero aún así se sienta mal por no contárselo al momento, pues no quería que él se preocupara.
En el sofá había un libro de mitas bastante viejo, por lo que ella se dio cuenta al instante que ese sería el traslador. Clarisse estaba muy feliz, así que los minutos que faltaban se le hacían eternos. Dumbledore estaba de pie a un lado del sofá, esperando que la chica estuviera lista para irse.
En el momento en que el libro empezó a brillar, ella se acercó al libro y colocó un dedo encima, mientras que con la mano libre cargaba los presentes.
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Clarisse ⟨••Bill Weasley••⟩
Fanfiction(COMPLETA) Clarisse Diggory jamás imaginó que a partir del torneo de los tres magos las cosas se pondrían feas, mucho menos que a pesar de la desgracia encontraría a alguien que la haría feliz en los momentos oscuros. (Basada en los libros)