Abdilah

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JOSHUA

Está lloviendo...

Tess me había dicho que el agua sería un elemento clave para mi siguiente misión pero, ¿quién es mi misión? No había podido reunirme con mi compañera y ahora me encontraba frente a una casa cuyas ventanas estaban totalmente abiertas excepto una, que se encontraba en el segundo piso.

Esta totalmente cerrada...

Lo tapaba una cortina bastante gruega color lima oscuro, me parecía extraño que toda la casa tuviera las ventanas abiertas menos esa. Tal vez la persona no quería que entrara el agua a su habitación.

La curiosidad acabó convenciéndome y, asegurándome que nadie me veía. Aleteé sutilmente mis alas para ver más de cerca aquella ventana. Apoyé mis brazos en el peinazo de esta y me dí cuenta que tanto el larguero como el cabezal y batiente estaban un poco sucias y mohosas. Parecía que la ventana nunca hubiera sido abierta. Volé alrededor de la casa a examinar las otras ventanillas y, al contrario de la primera, eran totalmente nuevas y limpias. 

Eso me puso a pensar,¿por qué esta ventana es tan diferente a las otras?¿Acaso la persona que vive aquí no le gusta limpiar su cuarto pero si las demás?¿Acaso el agua tiene algo que ver con esto?

Esto parece complicarse más...

-¡¿Qué haces ahí angelito?!

Sorprendidó volteé y de nuevo como siempre me sorprendí de ver a Tess frente a la casa, un poco molesta y confundida por lo que parecía. Seguramente estaba pensando que estaba usmeando en casas desconocidas.

-Ehhh ¿¡Tess cómo supo que estaba aqui!?-pregunté forzando una sonrisa mientras intentaba esconder mi verguenza por algún sitio.

-¿Acaso piensas encontrar a tu compañera registrando cada casa que encuentres?- preguntó sin parpadear.

-Bueno, se podría decir que fui al lugar indicado pero nunca apareció allí para conocerla. 

-¿Y pensaste que sería mejor adelantarte a investigar sobre tu próxima misión?

-¡Pues sí!¡Ya sé algunas cosas sobre la persona a la que tengo que ayudar!.

-¿Enserio?-preguntó en sarcasmo-Eso quiero oirlo.

- Pues mi misión vive en esta pequeña casita que está ubicada al lado de una pequeña ferretería. No es muy antigua pues pude deducir que los propietarios de esta vivienda la habían construido hace no menos de 8 años. También encontré con que una de las ventanas es diferente a la otras, no está limpia y no ha sido abierta desde hace bastante tiempo, quizás desde algunos 5 años. Ahora que lo pienso, si la persona que vive en esa casa tiene su ventana cerrada para que no entre la lluvia, puede que su corazón también esté cerrado a algo o a un suceso relacionado con el agua el cual no le deja vivir y encontrar la paz.

TESS

Esa interpretación...

-Señorita Tess, ¿se encuentra bien?-preguntó Joshua al ver que no respondía.

Veo que la compañía de Deyan le ha servido de mucho para sus misiones, hice bien en confiar en mis superiores y omitir su pasado...

-Joshua, veo que estás dando frutos.-contesté con una simple sonrisa alegre en el rostro.

-¿¡De verdad?!-preguntó entusiasmado, tanto que se olvidó de hablar en voz baja. En un abrir y cerrar de ojos el momento de gracia llegó y sus alas desaparecieron. Me asusté pero al instante Joshua logró sostenerse del trasveñaso y evitar asi su caida. Tal fue el ruido que la ventanita tapada con una cortina verde se abrió inmediatamente dejando a la luz quién era su propietario. Un joven de 17 años, de ojos vivaces y claros de sorpresa, nariz alargada y tez clara. Poseía un pelo negro y corto, desordenado y a pesar de su vestimenta poco ajustada, se notaba que su contextura era delgada. Era de rasgos arábicos y su rostro no mostraba ninguna señal de simpatía a Joshua.

-¿¡Pero qué haces aquí?!-preguntó en tono autoritario.

-Yo solo...ehh.. ¡ayuda!

Joshua no pudo sostenerse por más tiempo y cayó al suelo. Apenas unos segundos antes de tocar superficie el periodo de gracia había terminado. Afortunadamente sus alas no surgieron y el golpe que recibió no le golpeó más duro que a su miedo.

El joven que se encontraba en ese momento mirando toda la escena cerró las cortinas y bajo a ver lo que sucedía.

-Joshua, ¡levántate!¿Estás bien?

JOSHUA

-Me duele un poco la espalda pero estoy bie...¿¡qué le ha pasado a mi ropa!?¿¡por qué estoy vistiendo un uniforme de scout!?-pregunté mirando mi nuevo atuendo.

-No hay tiempo de explicaciones, hay una madre bajando ahora mismos las escaleras y un joven tras ella. Solo sigue con el plan, estoy seguro que lo harás bien.

Solo me quedé en silencio antes de que la puerta principal de aquella casa se abriera y una mujer saliera de ella. Era alta y de ojos hermosos y felices, pelo ondulado y corto, tenía rasgos de americana pero aquel joven con el que me encontré cara a cara se quedó apoyado en la puerta, no quería que viese su rostro, tal vez por la primera impresión. Me sorprendí cuando volvió a subir las escaleras en dirección a su cuarto.

-Lo lamento muchísimo, ¿se encuentran bien?-pregunto con voz dulce aquella mujer y Tess le devolvió la sonrisa.

-Todo está bien, no hay nada de qué preocuparse. Puede llamarme Tess un gusto, soy la coordinadora de las expediciones scout y he leído su solicitud con mucho interés. Es por eso que le traigo a Joshua, el miembro más cualificado para su solicitud, créame cuando dijo que está dejando a su hijo con un verdadero ángel.

Qué alagos los míos...

-¡Oh muchas gracias señora Tess!¡No sabe cuanto significa esto para mí y para mi hijo! Espero que este joven pueda ayudarlo a sobrepasar todo lo que ha pasado el pobre de mi hijo. Creo que de hombre a hombre se pueden entender mejor.

-¡Sin lugar a dudas!-afirmó Tess mientras yo seguía preguntándome por qué estaba ahí. Había ya dejado de llover cuando Tess me dejó a cargo de ella y se fue dejándome con muchas dudas que con respuestas. Sabía que aquel joven era mi misión pero, ¿scout?

Aquella amable mujer me guió a su casa y me recibió con los brazos abiertos. Por un momento recordé a la madre de Sarah, de toda la atención que me había dado aunque pasaban problemas económicos. Su mirada estaba reflejada exactamente como en aquella mujer.

-Puedes subir si quieres al segundo piso a conocer a mi hijo, voy a ponerme a hacer la cena. ¡Oh y no olvides que siempre hay que tocar tres veces su puerta antes de entrar!.-añadió con una gracil sonrisa.

-¡Afirmativo!- respondí entusiasta, le agradaba. Subí lentamente por las escaleras y me encontré a un metro de la puerta de mi próxima misión. No sabía lo que me hiría a pasar ahora en adelante pero de lo que sí puedo estar seguro es que el Creador estará conmigo a donde quierea que vaya.

-Adelante- respondió una voz que procedía del otro lado de la puerta después de dar mis tres golpecitos. Entré y lo primero que vi fue un desastre, aquella habitación tenía desde papeles y basura tirado en el suelo hasta ropa colgada en los armarios. En mitad de todo aquel barbullo, se encontraba aquel joven sentado en una alfombra en el piso, fijo en una pantalla y con un control remoto en sus manos. No sabía que era lo que hacía y parecía que no había notado mi presencia. Pero lo primero es lo pimero.

-¿Cuál es tu nombre?-pregunté acercándome a él.

-Bok30384.

-¿¡Ese es tu nombre?-pregunté pasmado.

-Pues sí-dijo sin mirarme a la cara- mis amigos me llaman así, pero si eres de las personas que prefieren estar en este mundo horrible, puedes llamarme por mi nombre, Abdilah.

Abdilah...











Ángel Guardián [CRISTIANA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora