Una Vida en Juego

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JOSHUA

A ver a ver...

Por naturaleza sé que un ser humano duerme al menos 7 u 8 horas al día, su cuerpo lo necesita. Pero si de algo podía estar seguro era de que Abdilah era la excepción.

¡Solo ha dormido 4 horas!...

Yo y Melania nos acostamos cerca de las 22:00 pm. Una hora ya tardía pues mis intentos de entablar conversación se vió afectado en gran parte por la presencia de Melania. Mi piel sentía la tensión de estar con un ángel oscuro bajo el mismo techo sin que sus espíritus choquen de por sí. Ella se veía apagada y enojada, no quería ni verme a mí ni a nadie. Miraba con seriedad a Abdilah observando minuciosamente los movimientos de sus dedos al jugar con aquel aparato "valioso".

Mi plan en principio era hacer guardia en toda la noche mientras Abdilah dormía para que Melania no se atreviera a tocarlo. Pero fui yo el primero en caer en profundo sueño seguido de Melania. Sin saberlo estábamos agotados y a mí me había llegado mi momento de gracia, por más que lo quisiera no podía convertirme en ángel. 

* * *

Abrí mis ojos por el brillo que mis ojos captaban, me levanté del colchón que me hacía de cama y me sorprendí al ver a Abdilah sentado con piernas cruzadas mirando fijamente a esa inmensa pantalla. 

-Abdilah..¿qué haces?-susurré mientras cojía un cojín para sentarme a su lado. Aproveché que Melania estaba dormida para llevar mi misión a cabo.

-Jugando-contestó sin desviar su mirada.

-¿A estas horas?¿Por qué?

-Mis compañeros de juego viven en otro continente. Esta es la única hora en donde pueden conectarse.

-Pero cuando yo y Amelia vinimos ayer por la tarde aun estabas jugando...

-Durante la tarde me dedico a subir niveles por mi propia cuenta cumpliendo misiones a cambio de recompensas y recursos. Y por la madrugada me conecto con mis amigos para jugar y hacer misiones en modo multijugador.

-Ya veo...

Lo miré fijamente, su rostro a pesar de ser joven estaba un poco desgastado. Poseía avanzadas ojeras debajo se sus ojos que denotaban su profundo cansancio pero,¿por qué lo hacía?¿Era acaso una obligación o lo hacía por gusto?

-Abdilah...

-¡Ahora qué quieres!..-contestó enojado mirándome fijamente.

-Tú...¿Eres feliz haciendo eso?

VLAD

Solo espero que no me rebajen de puesto...

Había sido convocado por mis superiores para discutir sobre mis últimos movimientos y seguramente para relevarme de mi nivel, había dejado a Melania plantada tantas veces y no le instruí adecuadamente por el camino del mal.

Aún no amanece...

Llegué a un aparcamiento cercano a un hotel, ese era mi punto de reunión. El señor Nerus me esperaba allá junto con la maldita de su "secretaria" Robin.

-Vlad...

-¿Sí?

-Sabes para qué te hemos convocado,¿no?

-Eso creo.

Aquel despreciable hombre me miró con sus ojos grisáceos por un momento. Su aura desprendía tanto miedo y temor que sentía como sangre corría aceleradamente por mis venas humanas. Desde el ojo humano se le daría 48 años. Pero nadie adivinaría que es no es más que un insignificante ángel a quién se le dió el cargo de ser mi superior.

-Tienes una nueva misión.

-¡Qué!-contesté asombrado. Me esperaba el sermón de siempre, de que me relevaran y me castigaran duramente por mis acciones.

-¿Por qué te asombras?¿Acaso no querías que te dieran un a misión?

-Pensé que íbais a relevarme por haber perdido el rastro de Melania.

-Ahhh eso...No tienes por qué preocuparte, ya lo había supuesto.

-¿Supuesto?

-¡No te enteras de nada Vlad!.

-¡Sokerí díganme qué es lo que tratan de decir de una vez!

-Simplemente sabíamos que fracasarías como tutor-dijo su secretaria.-Al fin de al cabo, eres un ángel maldito.

-¡El hecho de que tenga los ojos azules no significa que fracase en todo lo que haga!-grité enloquecidamente. Estaba airado, ellos solo me veían como alguien que nunca lograría acabar algo en este mundo. La verdad, nunca lo he hecho. Me sentía un inútil, un nada a quien nadie le daba utilidad y respeto. 

Es normal que un ángel oscuro tenga cientos de espíritus inmundos en su ser. Pero podría jurar que en ese momento se habían multiplicado a miles poseyendo mi cuerpo completamente. A pesar que eran inferiores en estatus, eran capaces de matar y aplastar un vida en cuestión de poco tiempo.

Goem...

Pasaron 30 minutos, mis maestros miraban satisfechos mi figura caída en el suelo. Consumida por el terror y el odio que aquellos perversos espíritus dejaron no solo en mi cuerpo sino también mi mente. Deseaba mil veces ser un humano para morirme ahí mismo, pero de esto se trata el plan del enemigo,¿no?. Nos engaña con palabras de esperanza cuando en verdad son una pura mentira que llena nuestro corazón.

-Y.-dijo finalmente mi superior poniéndose a mi altura- ¿quieres que te diga tu misión?

-Lamentarán todo esto...

-Tomaré eso como un sí. 

Me levanté suavemente intentando cobrar el tacto de mis articulaciones mientras mi superior veía una lista justo con su secretaria buscando una vacante libre.

-Estás de suerte, esta misión está a cargo de un ángel de luz insignificante. De nivel principiante y cuya misión ya es una misión imposible de por sí, ¿te interesa?

-¡Solo dígame cómo se llama y en dónde se encuentra!-contesté impaciente y molesto.

-Tu misión se encuentra en la ronda sur de Londres en la calle Jean-Bleau. Un chico de 16 años cuyo nombre es Abdilah.

Abdilah...Esto será fácil...

MELANIA

Joshua...

¿Qué haceis chicos a estas horas?

Miré el rostro de Joshua espantado al volverme a ver, sonreí...

-Hablando de cosas de hombres-respondió entrecortado.

-Yo solo quiero que los dos me dejen en paz.-dijo Abdilah molesto.

-Yo quiero jugar.

Ambos volvieron a verme sorprendidos y extrañados, no esperaban a que me pusiera a jugar a tal altas horas de la mañana, quería seguirle el juego.

-Tengo más mandos, ten aquí tienes uno.-dijo Abdilah dibujando una corta sonrisa al entregarme el mando. Cogí mi almoada y me senté en ella. Conecté mi dispositivo y entré al juego. Joshua se quedó pasmado mirando todo lo que hacía.

-Vaya, por lo visto hay un mando de más.-sentencié alegre-Joshua,¿jugamos?

JOSHUA

Eso es más que un juego...

Miré seriamente a Melania mientras sentenciaba su pregunta. Sabía que me estaba desafiando a jugar un juego más peligroso. Dos jugadores ibamos a pelear por el premio, solo que esta vez había una vida en juego.

-Acepto.-respondí desafiante mientras en los dos se nos dibujaba una sonrisa que fue precedida por la competencia.

Hay dos jugadores, pero solo habrá un ganador...

Ángel Guardián [CRISTIANA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora