El Destino de Joshua

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JOSHUA

Blanco...todo es blanco...

Alcé mis ojos lentamente del suelo y vi cómo la principal potestad se alzó en lo más alto del atrio con una mirada penetrante y afilada.

-Estamos aquí reunidos en la paz del Creador para exponer el caso del ángel Joshua, a quien se le fue dado el cargo de ángel guardián. Estamos aquí para proceder con el caso y decidir qué será lo correcto para él y el futuro de la gloria de Dios aquí en los cielos como en la tierra.

-Amén- respondieron todos al unísono.

Era un tribunal celestial conformado por una serie de ángeles superiores que se encargaban del correcto funcionamiento de los ángeles guardianes que eran enviados a la tierra con el propósito de cumplir todas las misiones asignadas. Habían al menos cincuenta ángeles en la sala, incluyéndome a mí y a mi supervisora, Tess. Por otro lado me dí cuenta de que el capitán del ejército celestial, el ángel Hector, también estaba ahí como parte del jurado.

No vi a Austin ni a Amelia por ningún lado.

Era de esperarse...ellos aún tienen misiones pendientes en la tierra...

-Tess, ¡¿cómo pudiste permitir que esto pasara?!-exclamó furiosamente una de las juezas con demasiada molestia.

-Lo siento mucho, fue mi culpa haberlo dejado solo cuando apenas empezaba a conocer su misión. No fue hasta poco que me enteré de el engaño realizado por el enemigo al hacerse pasar por su misión.-explicó Tess con calma, intentando suavizar en algo la dura expresión de la jueza.

-¡No fue su culpa!-exclamé-¡Fue mía por no haber podido reconocer a mi misión desde un princip...

-¡El acusado no tiene derecho al habla!¡Le pedimos al ángel que guarde silencio!-exclamó la potestad, imponiendo un temblor sobrenatural que casi rompía el atrio en donde estaba.

Callé al instante intentando no temblar de miedo, supe que no hice bien al hablar al ver las caras de todos los jueces decepcionados y molestos, cada uno tomando apuntes de lo que sucedía en el estrado. Sin embargo, por alguna razón el capitán del ejercito no dejaba de mirarme fijamente sin despegar su mirada de mi. Me sentí inquieto y algo nervioso, nunca antes había sido llevado ante un tribunal por un error celestial.

¿Qué harán conmigo?...¿Acaso me echarán del cielo y seré condenado a la oscuridad?...

Un temor se apoderó de mi mente a tal grado que ya no escuchaba lo que decían en el tribunal. La simple idea de que me echaran provocaba que mi espíritu se quebrantara y mi mente no podía imaginarse una vida sin mi Dios, el Creador quien me hizo y me recibió con una sonrisa ante el cielo.

No...¡No quiero alejarme jamás de él!...

-¿Entonces a qué veredicto quiere llegar, señora Kane?-preguntó uno de los ancianos que conformaba parte del jurado.

-Hay que seguir el libro, señores. Yo digo que se le sea despojado de su título de ángel guardián y que se le prohíba volver a la tierra. Tampoco podrá entrar en ninguna división dirigida a los asuntos exteriores al reino.

-Protesto señoría.-exclamó el capitán levantándose de su asiento.

-...Capitán Hector, ¿qué es lo que encuentra usted mal en mi decisión?-preguntó intimidántemente la anciana.

-No veo que su decisión se aliñe con la situación que el tercer cielo está llevando a cabo.

-¿A qué se refiere?

-La venida de nuestro Creador a la tierra está más cerca que nunca, y aún hay muchas vidas que están apartadas de él. Nuestros hermanos en la fe, los hijos de Dios están sufriendo violencia en la tierra y las fuerzas del enemigo no hacer más que crecer. Necesitamos toda la ayuda posible en estos momentos, fue por eso que se le asignó a ángeles más jóvenes realizar misiones en la tierra.

Ángel Guardián [CRISTIANA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora