Supervisora

295 33 14
                                    

JOSHUA

-¡El día de hoy estuvo genial!-dijo Claudia cuando salimos de la iglesia-¡Quiero ir también mañana!

-Ojalá fuera así..-respondí felizmente-pero solo es los domingos.

-¡Ohh qué pena...!-dijo Claudia lamentándose.-¡yo quisiera que fuera todos los días!.

-Tranquila  Claudia, el hecho de que mañana no haya culto no significa que Dios no este contigo adonde quiera que vayas.

-Gracias por tu ayuda Joshua, gracias a ti y a Dios mi vida al igual que la de mi familia a cambiado completamente-acotó con una sonrisa muy sincera.

Desde aquel día que Claudia aceptó al Señor, su vida a cambiado notablemente. Actualmente esta visitando una iglesia cercana a su casa y ha hecho muchos amigos y amigas allí,

Ya no es la triste Claudia a que vive ahora, sino la nueva Claudia.Incluso a hablado de su nueva fe a su familia ya ahora todos juntos van a la iglesia, su padre ya ha conseguido un trabajo en la construcción donde habla de su nueva vida a sus compañeros y su madre les dedica más tiempo a ella y a su hermano para disfrutar en familia, ¡Y todo eso en una semana!

-Bueno Claudia...debo irme.-dije cuando nos detuvimos en un parque muy cercano.

-¿Tan pronto?-dijo algo triste.-yo quería que te quedaras un poco más, pero respetaré tu decisión.

-Bien eso me alegra Claudia, hay muchas personas allá afuera que necesitan mi ayuda, debo hacer mi parte y creo que tú también puedes hacerlo.

-Lo sé Joshua y créeme, harás un buen trabajo, te prometo que yo también cumpliré el mío.

-De eso estoy seguro Claudia.

Nos despedimos con un cálido abrazo y después ella se fue por una calle mientras yo me dirigí a la estatua de la libertad, no estaba muy lejos de allí.

Me era también un poco difícil dejarla ir porque sabía que desde ahora ya no contaría conmigo y con mis consejos, pero sí contaría con Dios. Después de un par de aleteos llegué a la corona de la estatua en menos de un minuto y me senté en lo más alto de esta permitiéndote ver unas vistas estupendas.

 Después de un par de aleteos llegué a la corona de la estatua en menos de un minuto y me senté en lo más alto de esta permitiéndote ver unas vistas estupendas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

??:Hiciste un buen trabajo Joshua.

-Tess,-dije asombrado de repente-¿cómo me encontró?

-Eso es fácil mi querido Joshua, Dios me lo reveló.-dijo sentándose a mi lado en lo más alto de la estatua.

-Ahhhhhh.....esta bien.-respondí aliviado.

-Joshua, toma mi mano.-dijo de repente.

-¿Eh?-dije algo confuso.

-Solo tómala.

-Esta bien-dije tomándola. Al instante en un abrir y cerrar de ojos aparecimos en un lugar completamente diferente. Ya no estábamos en la isla de Manhattan, estábamos dentro de una vieja calle oscura y recóndita, seguramente en otra cuidad.

Ya era de noche y la verdad es que hacía mucho frío, la luna apenas se podía ver entre la densa neblina que escondía el cielo.Parecía que estaba dentro de una película de misterio pero a la misma vez, de terror.

-Tess..-dije detenidamente ¿Qué estamos haciendo aquí?.

-Joshua..-dijo Tess seriamente-te tengo que decir algo muy importante que decirte.

-Dime.

-Desde ahora yo seré tu supervisora.

-¿¿¿QUÉ???-dije casi desmayándome.

-¿Algún problema?

-¡No ninguno!, perdón pero es que la noticia fue muy precipitada para mi.-dije intentando recuperar el aliento.

-Bueno no tienes por qué preocuparte, haré todo lo que pueda para ayudarte en tus misiones.

-Lo sé pero es que estoy un poco triste por Eleazar. Él era mi supervisor y muy buen amigo.

-No te preocupes por él, no va a ir a ningún lado sin Dios.

-Te entiendo Tess, pero aun no puedo entender por qué estamos aquí. Hace mucho frío y creo que no es un lugar seguro.

-Tienes toda la razón, este no es el lugar para un ángel como tú-dijo poniendo su mano en mi hombro haciendo que mi vestimenta cambiara totalmente vistiéndome así con ropas remendadas y arapos- pero sí para un joven vagabundo.

-¿Vagabundo?-pregunté algo confuso-¿Para qué?

-Pues para nada más y nada menos que tu siguiente misión-dijo señalándome hacia una de las calles cercanas, me acerqué para ver de quién se trataba y allí fue donde la ví. 

Debajo de un poste yacía una niña pequeña de unos 8 años, de piel clara como la nieve aunque los arapos que vestía al igual que yo no le dejaban ver su rostro completamente pero pude ver que poseía unos ojos azul naval muy bonitos y unas coletitas que le hacían ver más infantil.

La niña soplaba a sus manos para entrar en calor en tan oscura noche.

-¿Es ella Tess?

-Si Joshua..su nombre es Sarah y por lo visto ahora tiene frío.

-Creo que esta misión será fácil Tess-dije aliviado-ella es una niña y de corazón puro, no veo ningún defecto en ella.

-Ahí esta la cosa Joshua, no te confíes. Cuando el bien se confía el mal se aprobechará, habrá muchas personas que querrán ver su fe apagada.

-Lo sé, lo sé por experiencia.-dije un poco apenado.

-Joshua solo te tengo dos noticias más para darte; una es buena y la otra es mala.

-¿Cuál es la buena?

-La buena noticia es que hoy podrás hacer guardia.

-¡¿Enserio?!-grité alegremente.

-Si, ella siempre ora pidiendo un ángel para que la cuide.

-¡¡Qué bien esto es excelente!-dije con una sonrisa pegada al rostro.-pero..¿Cuál es la mala noticia?

-Que no durará por mucho.



Ángel Guardián [CRISTIANA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora