Sarah

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JOSHUA

-Hola,¿cómo te llamas?-dije acercándome a Sarah suavemente.

-¿Quién eres tú?-preguntó Sarah muy sorprendida al verme.

-Emm...las damas primero-dije algo sonrojado.

-Me llamo Sarah Wonfrud-respondió en un tono muy confiable.-¿Y tú?

-Mi nombre es Joshua y soy un...

Me tapé rápidamente la boca evitando hacer un desastre como en la misión anterior, espero que no me vuelva a pasar de nuevo..

-¿Un qué?-preguntó la niña curiosamente sin apartar sus ojos azules de los míos.

-Una simple persona como tú-respondí entre risitas.- Dime, ¿que estás haciendo aquí?

-Estoy vendiendo cerillas, ¿Quieres una?-dijo la niña mientras sacaba de su bolsillo y me extendía una caja de cerillas con su mano fría y temblorosa, eso sin quitar la cálida sonrisa que llevaba pegada en su rostro.

-Me gustaría pero...no tengo dinero.-dije intentando no decepcionarla.-pero tengo algo mejor..

-¿Y qué es?-preguntó Sarah con mucho entusiasmo.

-Mi compañía y mi guarda.

-Eso se oye genial, ¡me alegra mucho que seas mi amigo Joshua!-dijo dando un salto de alegría.

-Yo también me alegro mucho Sarah. Dime, ¿dónde vives?

-Vivo a cinco minutos de aquí, ¿me acompañas Joshua por favor?-dijo mientras jalaba de mi chaqueta vieja y remendada.

-Claro que sí, enséñame el camino y yo te seguiré-dije mientras ella cogía de mi mano para conducirme por las oscuras calles de este sitio.

-¿Sarah ,tú no tienes miedo de estos lugares?

-Nop,  porque tengo a alguien que me las ilumina.

-¿Enserio?-dije sorprendido-¿Quién es?

-¡Es Dios, el siempre me cuida y me ayuda, aún cuando estoy en estas calles tan oscuras. Amo mucho a Dios por lo que ha hecho en mi vida, me ha dado una linda familia y la quiero mucho!

-Me alegra mucho ir eso Sarah-dije casi saltando de entusiasmo al oír su respuesta- Yo también creo en Dios y siempre lo tengo en lo más profundo de mi corazón.

-¿Joshua...y qué te ha dado Dios a ti?-dijo Sara.

-¿A mí?...pues yo creo que me ha dado la oportunidad de conocerte.

-Me alegra mucho, si quieres puedes venir este domingo a la iglesia conmigo y mi madre.

-¿Y tu padre?-pregunté de repente.

Sarah solo puso una carita triste al oír aquello, como si no le gustara hablar de ello, pero después de una pausa de 7 segundos, respondió lentamente.

-Mi padre no va porque...no quiere. Se queda fumando todo el día en nuestra casa y a menudo pelea con mi madre, ella le dice que lo deje ya que le hace mal a su salud pero él no hace caso, me da miedo cuando a veces mi madre me encierra en mi habitación con llave para no oír los golpes y peleas que se dan mutuamente-dijo empezando a derramar algunas lágrimas que me partían el alma mientras hablaba.

-Lo siento mucho Sarah..de verdad.

-No tienes por qué preocuparte-dijo secándose las lágrimas-sé que puedo contarte esto porque eres mi amigo¿verdad?

-Si claro-respondí amablemente-yo estaré allí para protegerte de todo mal.

-Gracias..¡eres como mi ángel guardián!

Ángel Guardián [CRISTIANA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora