Ángel Guardián [CRISTIANA]

¿Dónde está tu confianza? [2/2]

NARRADORA

Edgar pasaba la mayoría del tiempo pensando. Le interesaba encontrar el sentido de cada hecho o acontecimiento que desconcertara a cualquiera, pero jamás permitía que las emociones nublaran su inculcado razonamiento.

Ya con una contextura algo adulta, cabellos negros y finos que se deslizaban por su enmarcada frente, aún sus superiores decían que parecía mucho más joven. A veces se preguntaba si eso se debía a que sus principales oponentes aparentaban su edad, o si había sido muy favorecido.

Edgar era un ángel de pocas palabras con cualquiera, pero cuando lo conocías en profundidad era capaz de sacarte una sonrisa sutil a menudo. Esto último lo sacó de su supervisor, el Arcángel Miguel, quien lo supervisaba en todo el tiempo aunque este no lo notara.

Un trueno retumbó por la ciudad inglesa cuando su espíritu, tan pacífico en la mayoría del tiempo, sintió que algo malo estaba pasando. Su hombro se entumeció al ser tocado por su superior mientras volteaba a verlo preocupado.

-¡Maestro!¡Es...Es Héctor!-exclamó angustiado.

-Lo sé Edgar, pero dime, ¿en quién confías?

-Su alteza, yo confío plenamente en mi Señor Todopoderoso y en su autoridad, por nada sería capaz de sobreponer mis preocupaciones.-analizó Edgar sin dudar un momento.

-Bien, muy bien. Has respondido correctamente.-asintió su superior-Puedes ir a ayudarlo, pero antes tienes que cumplir con algo muy importante.

-¿Acaso no se referirá al cumpleaños que me mencionó antes?-preguntó Edgar-Acabo de dar tres revelaciones y una sentencia a un ángel de misiones que hizo mal su trabajo. A parte de eso, no encuentro otro detalle de importancia.

-Es algo importante-recalcó su supervisor- se trata de "ella"

Edgar abrió los ojos llenos de sorpresa, pero rápidamente inclinó su atención al asunto.

-¡¿Es ella quien está atacando a mi estudiante?!

-No Edgar. Deyan no ha cumplido con su promesa y se está desviando de su camino. Al contrario que tú, no ha confiado en Dios y eso le costará muy caro.

-¿Quiere que la vuelva a su estado original? Si es así necesitaré refuer...

-No-interrumpió el arcángel, viendo que Edgar se mostraba nervioso por el posible estado de su alumno.- quiero que la vuelvas tal y como ella en verdad es.

-¿Tal y como en verdad ella es? Maestro, para eso ella tendrá que tomar una decisión y no creo que esté lista para ello. Necesito encontrar la clave...

-...Estas nervioso por tu estudiante Edgar, lo puedo ver en tu ojos. Yo te daré una pista para que puedas acabar con todo esto correctamente. Tu solo debes obedecer y creer en Dios tal y como lo has estado haciendo hasta hoy.

-¡Si Señor!

El arcángel dirigió su mano hacia abajo, muy adentro en una avenida. A pesar de estar muy lejos, Edgar pudo visualizar al ángel que su supervisor estaba señalando. Al principio no le encontró ningún sentido a lo que este significaría para su nueva misión, pero al ver el comportamiento de este y la dirección hacia donde aparentaba irse hizo destellar su coeficiente y sus ojos profundos hasta desaparecer en un abrir y cerrar de ojos.

Edgar tenía un plan, y hasta ahora ninguno le había fallado.