Una muñeca de esperanza

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ALICE

¡Pero qué oscuro está este sitio!...

A pesar que era de noche aqui en Londres, había algunas farolas que apenas iluminaban las calles de Brent. 

¡Esto no puede quedarse así!...

Mi supervisor Azaku se encontraba muy por delante mi, seguramente para asegurarse de que no haya peligro por los alrededores. Era mi primera noche en la tierra y no me quedaría de brazos cruzados. Abris mis alas y a pesar que aun estaban adoloridas de la explosión que sufrió, me alcé por los cielos observando mi alrededor e intentando poner todo en su orden.

-Hay muchas basuritas por aquí, y esto...¿qué es esto?

Al principio pensé que se podría tratar de alguna botella de plástico opaca, aterricé y me acerqué con lentitud. Algo me decía que viera de qué se trataba. No había nadie a mi alrededor pero aun asi Eleazar me enseñó a no confiarme. Escondí mis alas y aparté unos cuantos escombros antes de dar con aquel misterioso bulto.

Pero..¡si es una muñeca!

-¡Eres muy bonita!-dije tomándola en mis brazos.-me encantan tus trenzas doradas y tus ojos azules son hermosísimos!

Por lo visto estaba sola, había pasado mucho frío y se veía en su rostro que estaba triste. Tanto su sombrero como sus vestidos campestres eran amarillos,¡mi tercer color favorito! Estaba lejos de casa y no tenía a nadie que la cuidara, le dí un cálido abrazo dandole mi cariño y consuelo.

-¡Gracias Dios!¡He encontrado un tesoro en mitad de la oscuridad, la cuidaré y no descansaré hasta que llegue a las manos de su dueña!

Pero...tengo que darle un nombre...

-Mmmm...ya sé! La llamaré Aurora!

Feliz con mi nueva amigita, me dispuse a seguir con mi camino. Pero no encontraba a mi supervisor por ningun lado, ¡lo había perdido de vista!

¡Oh no ya hora cómo voy a encontrarlo!...

VODKA

Esto será más facil de lo normal...

-No veo otro camino, ya has perdido todo lo que amas en esta vida,¿de qué te sirve esta entonces?

-No lo sé.-respondió aquel vagabundo hombre cuya vida estaba sin rumbo y al borde de la desesperanza.-Si estoy vivo aún es porque tengo fe en que mi vida pueda cambiar.

-¿Fe?-pregunté en ignorancia bajandome hasta su altura.-Solo mírate, estas caido en el suelo por todo el daño que hiciste a tu familia, abandonaste a tu mujer y a tu hija cuando no podías aguantar las drogas y te fuiste a la capital a probar suerte. Pero has fracasado rotundamente y tu exesposa ya se casó con otro hombre hace un par de años y viven felices sin necesitarte. Tu hija ya tiene un padre al cual amar y ese no eres tú.

Ví como sus ojos se humedecían y caían lentamente por sus sucias mejillas. Para ser un adulto de 46 años que no ha podido sustentarse desde 4 años se veía que había sido fuerte para mantenerse en pie y luchar por su vida a pesar de todas las cosas que le habían sobrevenido. Algo que claramente tenía que derrumbar.

-Creo...creo que lo haré.-sentenció rendido.

-Bien, has decidido correctamente.-dije dándole una píldora.-acaba con lo que empezaste, una vez que la tomes, tu sufrimiento acabará en esta tierra.

Y seguirá en el infierno...

Con temblor sujetó la pequeña pildora y respiró unas cuantas veces antes de decidirse. Estuvo a punto de tomárselo cuando de pronto oímos una chillona voz venir de la calle principal a todo correr.

Esa niña otra vez...

ALICE

¡Ya los veo!...

-¡Supervisor Azaku!-grité alegremente-¡aquí estoy!

Cuando llegué donde él me di cuenta que no estaba solo. Una persona adulta estaba con él, se veía triste y estaba sentado en mitad de toda la basura de aquella calle. Me miró sorprendido, bajo su mirada y asombrado observó detalladamente la muñeca que tenía en brazos.

-Niña, ¿esa muñeca que tienes es tuya?-respondió apenas tartamudeando.

-No señor, esta muñeca me la encontré abandonada por las calles en mitad de todo este frío. Mire ¡¿a que es bonita?! ¿Acaso es suya?

-No-respondió alerge y a la vez melancólico.-era de mi hija, Sarah.

-¡Pues tiene que devolvérsela!-afirme rigurosamente.-¡Estoy segura que ahora mismo la está extrañando y a usted también!

-Te equivocas niña, mis días ya están contados. He hecho mucho daño a mi familia en esta vida, ya no tengo oportunidad de hacer las cosas bie..

-¡Pues claro que si las hay!-respondí decidida, parándome encima de un contenedor.-¡Si hay vida hay esperanza!¡No pierda esta oportunidad de empezar de nuevo señor...eh..¿cuál es su nombre?

Él respondió con muchas lágrimas, pero esta vez de alegría. Se levantó con el propósito de no volver a cometer errores y de hacer lo que tenía que hacer.

-Mi nombre es Clifford pequeña,¿ y cual es el tuyo?

-¡Me llamo Alice!¡Yujuu algo me dice que esta misión va a ser de mucha bendición!¡Seguramente Dios está muy contento!

-¿Dios?.-respondió confundido.

-¡No se preocupe!¡Yo misma le contaré todo lo que sé del Creador en el trayecto, créame! ¡soy una profesional!¿A dónde dijo que ibamos?

-Al norte hacia Carliste pequeña Alice, pero no tengo dinero para el tren.

-Mmmm-dije pensando-¿qué tal si trabajamos en algo aquí en la calle? Oh, ¡ya sé!, ¡podemos predicar a las personas que pasen por esta calle!

-No nos hagamos ilusiones.-dijo mi supervisor sacando tres pases de tren de su bolsillo.-si nos vamos a ir a Carliste, que no sea por hablar palabras absurdas.

Los dos sonreímos esperanzados.

-¡Por cierto señor Clifford!¿Cómo se llama esta muñeca?¡Quiero saber su nombre real para que no se confunda!.

-Mi estimada Alice, su nombre es Aurora.-respondió con una cálida y frágil sonrisa.

Aurora...

Ángel Guardián [CRISTIANA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora