Un Problema del Corazón

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NARRADORA

Hay muchas veces en la vida momentos cuando lo que uno mas quiere es simplemente salir y olvidarse de sus problemas. Algunas veces lo hace el mas simple problema mientras que otros no se detienen en ir mucho más profundo.

Sí, puede parecer absurdo. Pero nunca hay que subestimar lo que el odio, el miedo y la inestabilidad es capaz de provocar en un corazón confundido y dolido. Eso es exactamente lo que pensaba Scarlett mientras divisaba en una esquina que no hubiera nadie caminando en aquella carretera.

Hizo una señal con la mano zurda y en cuestión de segundos, Jordan, su amigo, salió de su escondite y cruzó pisando de charco en charco aquella estrecha vía. A pesar de que estuviera lloviendo y no tuvieran el dinero suficiente en el bolsillo, la esperanza de ser libres palpitaba a cada segundo en su pecho.

-¡Eres demasiado lento!-murmuró en silencio Scarlett mientras corrían ágilmente por la calle de la esquina.

-¿¡Yo!? ¡La que aquí está loca eres tú!¡Aun no sé cómo lograste convencerme!-replicó Jordan.

-¡Esta es la única oportunidad que tenemos!

-¡Exacto!¡Para morir!-contestó Jordan burlescamente.

-Ahhhh, ¿Acaso quieres volver?¡Entonces vuelve a esa horrenda vida si es lo que quieres!

Jordan respondió con una vencida mueca. Scarlett tenía razón, ninguno de los dos querían imaginar volver a pisar un pie en aquel lugar.

-Scarlett...solo tenemos 16 años...

-¡Y medio!-gruñó Scarlett.-¡no somos bebes, ya es hora de ser libres y cumplir nuestros sueños!

-Yo no me quejaría mucho si nos hubiéramos quedado en el orfanato hasta cumplir la mayoría de edad.

-....¡Cobarde! 

-¡Eh!

-¡Llevamos planeando esto desde hace mucho, el día, la hora, la distracción. ¡No sabes lo mucho que me costó recuperar tu reloj!¡Tuve que sacrificar mi peine!¡MI PEINE!

-Ok ok vale, tranquilízate.-dijo Jordan.-Mira, ya estamos a punto de llegar a la estación y no tenemos dinero para pagar el pasaje.

Fue en ese momento cuando una sonrisa malévola se dibujó en el rostro de Scarlett, Jordan tenía miedo cuando que ponía ese rostro. Cada vez que ella planeaba unos de sus planes astutos el mundo era capaz de darse la vuelta.

-¡Eso estará fácil, simplemente cuando se vayan a cerrar las puertas, corremos hacia adentro a toda velocidad!

-¿Pero sin pagar?

-¿Acaso quieres quedarte con el estomago vacío? Necesitamos ahorrar todo lo posible para llegar a Londres.

-Yo solo pido que Dios tenga piedad de nosotros.-esbozó Jordan en un simple suspiro.

-¿Dios?.-preguntó Scarlett.-¡Ja!¡Déjate de boberías! Dios no existe, porque si fuera así, no dejaría que estuviéramos pasando todo esto.

Jordan lo encontró lógico, aunque algo le decía que no era verdad.

Afortunadamente, antes de que las puertas automáticas del tren se cerraran lograron meterse de un solo salto. 

Ambos chocaron las manos alegres por su primera victoria, rieron y luego se pusieron de pie para ver si encontraban algún asiento vacío. No tenían maletas, solo una bolsa que contenía sus más preciados recuerdos en la niñez, una que la verdad, trataban de olvidar.

-Esto es bastante inusual, no hay nadie.-dijo Scarlett.

-Tal vez los pasajeros se encuentran entre los primeros vagones.-supuso Jordan.

Ángel Guardián [CRISTIANA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora