6- El verano

1.4K 55 3
                                    

Aquellas vacaciones de verano fueron el mismísimo paraíso para la reciente pareja.

Día y noche juntos en una ciudad desconocida para ambos. Podían moverse con total libertad y besarse en lugares públicos, cosa que extrañarían al volver.

Disfrutaron del cuerpo del otro casi todas las noches, y si alguna faltaba, era porque habían aprovechado el día. Nunca tenían suficiente del otro.

Una de las bellas noches que pasaron en Valencia, Samuel se encontraba sentado en el balcón de la casa que habían alquilado mientras que Carla lo miraba pensativa desde la puerta.

- ¿Crees que podríamos dejar de ocultarnos al volver a Madrid?- le preguntó sorprendiéndolo.

- ¿Qué?-  Samuel trataba de ubicarse en tiempo y situación.

- Que si crees que podríamos comenzar a mostrarnos como una pareja normal frente al mundo, en vez de ocultarnos todo el rato.- le repitió ella impaciente.

- Siempre y cuando no te traiga problemas a ti, no hay nada que anele más que el caminar por las calles de tu mano.- se sinceró él.

- Samuel, claro que habrá problemas. Lo sabíamos cuando comenzamos esto. Pero también creo que ya estamos listos para enfrentar lo que venga... juntos- le comentó ella, casi susurrando la última palabra.

Samuel la miró y comprendió que algo estaba pasando.

- Carla, ¿hay algo que te preocupe?- ella lo miró desconcertada, pues ya se lo había dejado en claro- Me refiero a que esto no es algo que se te ocurriría sobre el desayuno. Lo has estado pensando hace un tiempo, por alguna razón que no me dices.

- Es solo que...- se detuvo ella, pero al ver que Samuel le pidió con la mirada que continuara, habló.- Si seguimos con esto de es escondernos y no mostrarnos en público, todo el mundo creerá que no somos nada más que desconocidos. Personas que en verdad deseo que sepan lo que sentimos el uno por el otro, como Lu, Ander, Nadia, Guzmán... Rebeka.- terminó diciendo con dureza en la voz, algo que Samuel percibió enseguida.

- ¿Y por qué Rebeka? Creí que apenas se hablaban, no hay mucha razón de que lo sepa si no son buenas amigas o...- la mirada fría y reprobatoria de Carla lo frenó en seco.

Así que eso era lo que ocurría. Quería que todo el mundo lo supiera para poder asegurarse de que, el hecho de que él estaba con ella, fuera de publico conocimiento para que nadie intentara nada. En especial Rebeka, que era bastante sabido el hecho que estaba colada por su él.

Samuel se sintió alagado por la idea de que Carla solo lo quería para ella, pero al mismo tiempo, sabía cómo era Rebeka y las reacciones violentas que podría tener hacia ella, lo cual no lo dejaba nada tranquilo en el caso de que hubiera algún tipo de enfrentamiento.

Él tenía en claro que Carla era muy centrada y pensaba con la cabeza fría cuando de una discusión o enfrentamiento se trataba. Sus facciones no se inmutaban y su voz era tan indiferente que, sumado con las palabras que destilaban altanería y clase, eran como una puñalada. Mucho más para Rebeka que reaccionaba con la sangre caliente y gritaba todo lo que se le pasaba por la cabeza, aunque luego le jugara en contra.

Carla, al notar que su mirada le había dicho todo lo necesario a Samuel y que él lo había comprendido, le sonrió de costado mientras se sentaba en sus piernas y apoyaba todo su cuerpo en el torso de él, al mismo tiempo que la abrazaba.

Quedaban dos días para la vuelta a Madrid y comienzo de clases. Carla nunca había hecho una escena de celos, mucho menos por un chico. No era propia de ella. Había pasado toda su vida practicando cómo mantener la compostura en momentos de tensión y frustración.

Pero había algo en la manera que Rebeka miraba a Samuel que no la dejaba dormir. Ella era mucho más simple y desenvuelta que Carla. Tenía una personalidad más acorde a él.

Samuel comenzó a besarle el cuello y pasar sus manos por debajo del camisón de ella sacándola de sus cavilaciones.

- No te tientes.- le advirtió ella mientras que despejaba el cabello de su cuello para que tuviera un acceso más fácil.

- Las tentaciones como tú...- le dijo mientras metía su mano bajo su ropa interior.- Merecen pecados como yo.

Y en aquella casa soltaron todos los ruidos que sus bocas contenían cuando temían ser descubiertos.

\\

SUBO CAPÍTULOS TODOS LOS DÍAS

Mío o de nadie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora