51- Espías poco profesionales

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Había pasado otra semana en Las Ensinas, y los estudiantes ansiaban que se acabe la jornada del Viernes para poder descansar.

Como era de costumbre, la última clase era debate, que por lo menos los mantenía un poco más despiertos y atentos.

- ¡Lu!- Cayetana corrió hacia su amiga por el puente del colegio.- ¿Te vas?- preguntó alcanzándola.

- Madre mis, Caye, estás que hiperventilas.- la reprendió la mexicana preocupada.

- Quería hacerte una propuesta irresistible.- la ignoró la rubia oscuro haciendo énfasis en la última palabra.- Se trata de la noche de chicos que han organizado los muchachos.

- Te escucho.- Lu prestó atención de repente.

- Ya vez que siempre dicen hablar de nosotras cuando se reúnen, ¿no? Bueno, pero ¿y si pudiéramos escuchar qué es lo que en verdad dicen?- bajó la voz al llegar al final.

- Estarán en cada de Ander, ¿cómo planeas hacer eso?- indagó.

- Le he plantado un micro-micrófono en la mochila a mi hermano.- sonrió victoriosa.

- ¿"Micro-micrófono"?- apareció Carla saludándolas con un beso, ya que planeaba irse pronto.- ¿Eso siquiera existe?

- Claro que si.- se indignó su cuñada cruzándose de brazos.- Si el micro-chip existe, obvio que el micro-micrófono también.

- Me parece que va más por el lado de mini-micrófono.- apuntó la rubia.

- No, no. Lo mini se ve. Tendría que ser micro-mini-microfonito.- la corrigió Cayetana asintiendo ante su propio aporte.

- ¡Ya!- se exasperó Lu, que no veía el punto de aquella charla sin sentido. Luego si dirigió a Carla.- Lo importarte es que sirva. Y ya.

Carla pestañeó confundida.

- No entiendo, ¿para qué tendrían que servir?

- Para descubrir, de una vez por todas, qué coño es lo que dicen de nosotras cuando se reúnen entre amigos.- explicó Lu.

- No, no, no.- Carla negó con cada gesticulación que pudo hacer.- Eso es invasión de la privacidad.

- Pero no fue así cuando abriste el móvil de tu novio para ver quién era Alex, ¿a que si?- la mexicana recordó, poniendo a la rubia en la cuerda floja.

- Es distinto.- espetó bajando la voz, ya que muchos alumnos pasaban por su lado.

- Tú solo vente esta noche a mi casa.- la calló Lu.- No discutas. Solo obedece.

- Lu, no...

- Ch, ch, ch.- la mexicana unió sus cuatro dedos de la palma derecha con el pulgar para hacerle una seña de "cierra el pico".- Dije que no discutas.

_._

En casa de Ander, todos los muchachos se sentaron a beber unas cervezas y platicar de cuán complicado estaba el mes de exámenes.

Mientras, las chicas estaban sentadas en la gigantesca cama de Lu comiendo duraznos con crema, y con su parlante JBL en el centro para poder escuchar bien. Como aún no estaban discutiendo ningún tema que les interesara, ignoraron las voces que provenían del aparato.

Carla estaba tensa. No se sentía cómoda espiando y mucho menos a Samuel. Ellos tenía una relación basada en confianza, y le preocupaba las repercusiones de esto.

Mío o de nadie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora