49- El arte de quererse

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- ¿Que pasará cuando ya no me quieras más?- Carla lo asaltó de repente. Acababan de hacer el amor, y esa era la única terminología permitida por Carla, que declaró que si estaban enamorados, no se trataba de solo sexo, y ella se encontraba de frente a él mirándolo intrigada.

- ¿Qué te has tomado?- exclamó el frunciendo el ceño.

- Hablo en serio.- le dió un pequeño empujón en el hombro.

- Yo también.- se defendió él acariciandole el cabello.- Es lo único que me cabe en la cabeza. Porque si estuvieras lúcida, jamás me preguntarías semejante gilipollez.

- ¿Por qué cuando tú te sientes inseguro yo te consuelo y cuando soy yo la que sufre minimizas todo y te ríes de mí?- volteó hacia el otro ladro de la cama.

Samuel suspiró y se dió cuenta de su error. Intentó acercarse a ella con cautela y la jaló un poco de la cintura hacia él. Opuso un poco de resistencia, pero finalmente volteó.

- Tienes toda la razón. Perdóname por favor.- pidió Samuel, y la desesperación y ternura de su voz desarmaron a Carla.

- Claro... no es como que yo jamás haya desestimado tus sentimientos.- sonrió levemente.

- No te hagas esto.- la reprendió Samuel.- Es tema pasado.

- No si aún lo sigo haciendo.- masculló esquivándole la mirada.

- Carla.- Samuel ya no sabía como remediar la situación.- A no ser que tú me pidas explícitamente que me aleje de ti, no hay manera de que eso pase.

- ¿Y cuando estemos es otro país?¿Cuando conozcas gente nueva?

- Seguiremos siendo Samuel y Carla.- le aseguró con un tono de voz cálido.- Solo que con un grupo de amigos un poco más extenso...- pausó pensativo.- Aunque debo admitir que me aterra la idea de que conozcas a otro mientras estemos allí. Que termines viéndome como un amor de secundaria pasajero.

- Pues a mi me asusta que conozcas a una americana con complejo de porrista.- bramó ella causándole un inevitable risa a Samuel.

- Te pasas...- se carcajeó antes de besarla en la frente.

- Me alegra que te dé risa.- mofó Carla cruzada de brazos, pero sin poder ocultar una creciente sonrisa.

- Ya...- él quiso cambiar de tema.- ¿Estás lista para festejar en grande? En cuatro días será el gran día.

- No le des tanta importancia.- comentó ella jugando con los dedos de la mano de Samuel, que estaba entrelazada con la suya.

- ¿El amor de mi vida cumple años en menos de una semana y pretendes que no le dé importancia?- hizo una mueca de horror fingida que logró su cometido, hacerla reír.- Ahora sí que estoy seguro que algo te has tomado.

- Oye, ¿y si dejamos de hablar de eso y nos enfocamos en qué coño haremos pasado mañana?- ella retomó el poder de la conversación.

- Pues...- Samuel le besó la punta de la nariz.- ...depende de qué quieras hacer tú.

- ¿Por qué me cargas todo el peso a mi?- se quejó haciendo un puchero involuntario.

- No lo veas como un peso. Además, siempre te gusta tener el control.- apuntó él.

- Pero ésta es una decisión de pareja.- se acercó más a Samuel.- Quiero que sea especial.

- Vale. Y lo será.- sentenció él mirándola con adoración, cosa que derretía a la rubia.- Solo dime que deseas. Y lo haremos.

Carla le dedicó una misteriosa mirada, repasando cada facción de su rostro con sus ojos verdes.

- Sí sabes que me mimas de más, ¿verdad?- le acarició el pecho.- Terminaré siendo una marquesa caprichosa y altanera por culpa tuya.

Mío o de nadie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora