Mío o de nadie

44- "Frosty, the snowman"

Samuel, Carla, Cayetana, Guzmán, Nadia, Valerio y Lu, estaban sentados en la sala del apartamento de la primera pareja. Miraban una película de comedia que las chicas querían ver hace tiempo y ellos solo se divertían escuchando sus risas.

- Oye, qué extraño que nuestras chicas se sentaran juntas...- comentó Guzmán a Samuel en voz baja señalando disimuladamente a la palestina y a la rubia bromeando entre ellas mientras se encontraban una al lado de la otra.

- No para mi...- Samuel apuntó.- Han estado así desde hace ya rato. Se han vuelto bastante unidas.

Guzmán pensó en aquello por un momento y suspiró con tristeza.

- Debo de ser yo.- señaló acariciándose la nuca.- He dejado a Nadia en segundo plano desde que Marina volvió... Es lógico que no sepa qué es lo que ha cambiado en su vida.

- Debes pedirle disculpas.- comentó Samuel sin quitar la vista de la TV.- Ha sufrido mucho en este último tiempo.

- Lo sé. La traté de loca cuando me decía que mi hermana solo estaba fingiendo, y que había algo detrás de todo. Joder. Y tenía razón.

Después de terminar de ver aquella película que no duró más de dos horas, el grupo preparó la mesa del centro con varios aperitivos que se comían con la mano, trajeron unas cervezas y un poco de vino, y jugaron unas partidas de "monopolio".

En aquel momento, en ese apartamento, no reinaba nada más que la risa y el indiscutible afecto que éste grupo de amigos sentía el uno por el otro... hasta que la puerta sonó.

Todos voltearon simultáneamente hacia la entrada, pero nadie movió un músculo.

- ¿Esperabais a alguien?- preguntó Valerio tragando grueso.- Porque Rebeka tiene entrenamiento hasta tarde y vendrá con Ander luego de la medianoche.

- No...- Samuel adoptó una postura desafiante y corajuda cuando se levantó hacia la puerta.

Carla y las demás, que estaban del lado derecho del sofá, se acomodaron muy rápidamente de manera que quedaran detrás de Valerio y Guzmán.

Samuel abrió la puerta y se encontró con su hermano parado al frente de él sonriéndole.

- Hermanito...- lo saludó dando un paso al frente.

- ¿Quién te dejó entrar al edificio?- lo frenó en seco Samuel.

- Pero qué bienvenida...- se mofó Nano.- Tranquilo, Samu. No irrumpí en el edificio, solo me dejó pasar un chaval que venía de salida.

- Vale. Aún así no entiendo a qué viene el honor.- apuntó Samuel imitando el tono de Nano.

- Solo queríamos pasar a saludar, tratar de levantar la bandera blanca de la paz... no sabía que estabas con visitas.- comentó haciendo una mueca en la última palabra.

- ¿Queríamos?-. Guzmán repitió a modo de pregunta desde el sofá metiéndose en la conversación.

- Si, tu hermana está aparcando el coche.- le contestó de manera fría.

- Joder... lo que faltaba.- comentó Carla rodando los ojos.

- ¿Y tú qué mierdas pintas en esto además de encubrir un asesinato y follar a los involucrados para que no hablen?- siseó Nano con rabia y odio avanzando hacia el interior del departamento, pero Samuel lo frenó al cuarto paso tomándolo del brazo.