36- "Esa zorra"

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La noche después de su aventura en el parque de diversiones, Carla y Samuel decidieron pasar aquel primer fin de semana de Diciembre juntos.

Carla había organizado una cena informal con Valerio y Lu para que vinieran a su departamento en la noche del Sábado. Samuel se había comprometido a preparar la mejor carne roja y Lu se encargo del vino. Valerio solo iba a comer y beber sin compromiso de por medio.

- Me estás agotando la paciencia, Guzmán.- Carla escuchó cómo Samuel hablaba por teléfono en la habitación principal.

- No estoy de fiesta en fiesta. Estoy con Carla en casa, ¿qué coño te ocurre?- se molestó intentando mantener su volumen de voz bajo para que Carla no se de por enterada de lo que ocurría, pero no serviría de nada.

- No tiene nada que ver con Marina. Decidimos tomarnos unos días para nosotros. ¿O prefieres tenernos en cautiverio en el hospital hasta que ella salga?- apuntó perdiendo la paciencia.- Si... ¡Lo sé! Pero Carla no se siente cómoda allí, y no voy a ponerla en esa situación. Intenta comprender tú también. No es en contra de ella.

Carla se acercó un poco mejor para poder oír la conversación más claramente.

- Sabes que te quiero, eres mi amigo.- exclamó ya sin contener su voz.- Pero no me hagas elegir entre mi novia y tú, porque perderás.

Guzmán se sentía traicionado porque su mejor amigo no le estuviera acompañando en un momento tan difícil. Había encontrado a su hermana intentando suicidarse, y el únicos que estaba allí era Ander, pero Guzmán sabía que era solo por lástima. Nadia limitaba las visitas para no quedarse más de lo necesario, y él lo notaba.

- ¿Qué ha ocurrido?- preguntó Carla cuando Samuel volvió a aparecer en la cocina.

- Nada que me quite el sueño.- suspiró sonriéndole de costado.- Iré a darme una ducha, la carne está lista. Solo hay que condimentarla, pero esperemos a que venga Lu así no me condena luego.

- Ya.- acotó ella reflexionando sobre la conversación que había escuchado previamente.

Después de una media hora, Samuel ya estaba cambiado de ropa y los invitados acababan de tocar el timbre.

Como siempre, se sentaron en el balcón de afuera, donde estaba una mesa de vidrio con un centro de madera blanca.

Sirvieron la comida, charlaron, rieron y se despejaron un poco, a excepción de Carla, que no dejaba de pensar en lo que había escuchado anteriormente.

Después de un par de copas de vino, la botella que la pareja invitada había traído, ya se había acabado, algo que Samuel aprovechó para levantarse para hablar con Lu.

- En la cocina hay una botella de vino que trajimos de Texas con Carla. ¿Me acompañas, Lu?- preguntó Samuel inclinando su cabeza hacia la derecha.

Todos los presentes sabían que había algo más detrás de una "visita a la cocina", pero nadie se atrevió a acotar nada.

- Claro.- se sorprendió Lu. Era más que obvio que se trataba de algo serio, de otra manera, no tenían mucho en común para conversar de temas triviales.

En silencio se dirigieron hacia donde estaba el lavavajillas, el cual Carla insistió en comprar para no tener que hacer tanto trabajo.

- ¿Pasa algo con Carla?- preguntó directamente la mexicana preocupada por su amiga.

- No, no es ella quien me preocupa.- apuntó él seriamente.- Eres tú...

Mío o de nadie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora