Mío o de nadie

43- El casi pino

- Iré con Lu esta tarde.- comentó Carla calzándose unos jeans azul marino.

- Vale, yo llevaré a Cayetana a comprar un árbol de Navidad para la casa.- le besó la mejilla con fuerza.- Con tantos viajes y casi suicidios no hemos logrado que la casa no tenga mucho espíritu navideño.

- Pasadla bien.- le sonrió ella con dulzura antes de que él se detuviera en la puerta de la habitación quedándose estático al mirarla con preocupación.

Carla comprendió y se enterneció.

- Iré directamente con Lu. No estaré sola en ningún momento.- le aseguró.

- Gracias.- logró musitar Samuel antes de irse un poco más tranquilo. Ya que no terminaba de confiar en que su hermano no la dañaría para cobrárselas con él.

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- Estamos a una semana de Navidad.- apuntó Lu caminando de un lado a otro en su habitación como un soldado.- Eso significa que tenemos esta misma tarde para encontrar un atuendo que haga que nos veamos radiantes y perfectas.

- Ya nos vemos así.- comentó la rubia sentada en la cama de su amiga.

- Pero esta vez debemos vernos épicas. Recuerda que ahora estás con Samuel y yo con Valerio... y la mosquita muerta de Marina probablemente esté allí.- sentenció Lu haciendo una mueca de desagrado.

- ¿Qué coño haría ella allí?- Carla se sorprendió.- Es una cena de amigos y familia, y que yo sepa, no es ninguna de las dos.

- Te olvidas de que Pilar estará allí.- Lu se cruzó de brazos.- Eso significa que no querrá pasar la Navidad sin todos sus hijos.

- Aún así, Nano ya no tiene nada con ella. O al menos eso me dijo Samuel.

- Nadia me dijo que volvieron.- la mexicana se sentó a su lado en la cama.- No es como que le falten tácticas de manipulación a la maldita. El idiota debe haber caído rendido a sus pies.

- Genial.- susurró con rabia.

- Bien, entonces ¿qué dices?- le preguntó levantándose de golpe de la cama.- ¿Me acompañas a Prada?

La rubia sonrió resignada y su amiga la tomó del brazo para arrastrarla con ella fuera de la casa, donde el chofer estaba a su disposición como siempre.

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Samuel llevaba poco más de media hora conduciendo con Cayetana a su lado por la ruta.

- ¿Tenemos música navideña?- preguntó después de terminarse uno de los churros que Samuel le había comprado en el camino.

- Claro. Busca en Spotify que debe haber una playlist de Navidad en mi móvil. Carla tiende a buscar canciones que hagan juego con las festividades y sus estados de ánimo.- rió.

- Le dejas hacer lo que quiera contigo.- dijo para ella misma tomando el móvil de su hermano y buscando aquella lista de canciones.

- ¿Eso qué significa?- le preguntó Samuel con cautela.

- Nada...- musitó ella.

- Caye.- la llamó para que volteara a verlo.- Pensé que te agradaba... hasta que eran grandes amigas.

- La quiero, solo que...- hizo una pausa.- Me hubiera gustado volver contigo y mamá antes de que conocieras a Carla.

- Vale, ¿y por qué?

- Quizás hubiera ganado otro lugar en tu vida... Como antes. Cuando era tu hermanita menor y lo único que te importaba de niños...- suspiró volteando hacia la ventanilla.- Yo la quiero. Es mi amiga. Pero aún me cuesta trabajo compartirte. No estoy acostumbrada.