Mío o de nadie

10- Sí... pero no

CARLA POV:

Rebeka llegó hace horas, y parece que no piensa irse.

Después de comer al bendita pizza mientras cotorreaba sin cesar de Mencía y cuan histérica era su cuñada, nos sentamos en el sofá y Ozzy entró en escena robando sonrisas por parte de ambas.

No tengo ni puta idea qué es lo estoy haciendo con la persona que más llegué a odiar en mi vida jugando con mi mascota.

Día de semana, yo debería estar en la universidad pero estoy sentada al lado de la última persona a la que imaginé que sentiría algún tipo de empatía por mí.

- No voy a presionarte...- comenta mientras juega con Ozzy, que parece estar de notable mejor humor.

- ¿Para qué?- trago grueso.

- Sea lo que sea que no estés lista o dispuesta a contar, estás en todo tu derecho.- responde con la mitad de su atención dirigida a la cuerda gruesa de colores que tironeaba jugando con Ozzy.- Pero sí quiero que seas consciente de lo que significa que no hables.

- ¿Me amenazas?- pregunto frunciendo el ceño.

- ¡Claro que no!- me mira ofendida antes de que los juegos caninos recapten su atención.

- ¿Qué significaría entonces?- vuelvo a preguntar, pero esta vez bajando un poco la guardia, aunque no por completo.

Rebeka suspira y se acomoda inquieta su coleta de colores fluorescentes.

- No hablar...- comienza explicándome cada palabra con detención para que logre absorberlas e internalizarlas.- ...significa que lo que Samuel vió... solo tendrá una explicación: la que le diste a entender.

- No quiero eso.- mascullo para mis adentros en un monólogo interno.

- Pero tampoco quieres hablar.- completa y me dedica una sonrisa triste y torcida.

- ¿Qué hay de Lu? ¿Quieres hablar con ella...? Quizá te sentirías más cómoda.- pregunta.

Niego con la cabeza.

- Lu me odia.

- No te odia. Está dolida, pero no te odia.- en otro momento, hubiera creído que aquella respuesta es solo por lastima, pero veo en sus ojos pensativos que dice la verdad.

- Y...- la pregunta se queda estancada en mi pecho y no la puedo hacer salir.

- Y...- me burla cuando no continúo. Es muy probable que en Madrid le haya metido una hostia por eso, pero ahora solo me sonrío y las dos reímos un poco.

- Él... - me limito a decir en un suspiro, y por suerte no tengo que decir nada más, porque me entiende.

- ¿La verdad?- dice lanzando un pequeño balón de goma celeste hacia el pasillo, donde Ozzy corre descontrolada a buscarlo. El balón de Nemo.- Parece que lo han reseteado. Se limita a decir lo justo y lo necesario, y no dirige la mirada por más de lo estrictamente necesario para ser cortes...

- ¿Está... bien?

- Bien.- se ríe y me mira con las cejas levantadas.- Bien hecho mierda.

- Vale.- giro mis ojos hacia atrás y me cruzo de brazos.

- No sabe cómo estar sin ti.- suspira esquivando mi mirada.- Antenoche Lu lo encontró mirando fijamente a su cepillo de dientes y con el grifo abierto. Estuvo así por unos buenos quince minutos.

A pesar de lo angustiosa que es la situación, no puedo evitar reír con poco por lo bajo. Samuel siempre ha tenido la costumbre, desde que nos mudamos juntos, de esperarme en nuestro baño con el dentífrico en mano para colocarle a su cepillo y al mío al mismo tiempo.

Se ve que tanta rutina lo enloqueció.

- No es bueno rompiendo rutinas.- comento con una sonrisa divertida.

- Esperemos que no tenga que romper nada.- seriamente dijo antes de levantarse a buscar su abrigo.- Yo no voy a decir nada, porque es obvio que tú no quieres. Además de que es tu derecho decidir qué es exactamente lo que quieres hacer con esa información.

- Gracias.- le dedico una sonrisa pequeña pero que abarca mucho de lo que significa.

- No hay de qué. Aún no me agradas, pero eres menos... tú de lo que pensaba.- me mira de arriba a abajo y la manera chistosa en la que la comisura de sus labios subieron por sus mejillas, me deja saber que está bromeando... en parte.

SAMUEL POV:

- No.

- Sí.

- No.

- ¡Sí!

- ¡Lu, para ya, joder!- en este momento prefiero estar bajo el puente del Central Park que en un departamento con Lu.

Hace unos veinte minutos que venimos discutiendo quién debería ir a Vermont para enfrentar a Carla. Ambos estamos molestos. Ambos estamos preocupados.

Pero creo yo, que Carla y yo nos debemos una conversación. Mucho más ahora.

Y Lu... Lu cree que Carla le debe explicaciones y el derecho de gritarle porqué le rompió el corazón. Y luego ser su hombro para llorar.

Prioridades distintas.

- Es mi mejor amiga.- chilla deshaciendo por tercera vez mi maleta.

- Es mi novia.- contraresto quitándole una camisa de las manos. Cuando me mira con una ceja levantada y ambas manos en sus caderas, me encojo de hombros.- No terminamos nada. Me fui, pero no significa nada.

- ¿Y qué harás si en realidad sí te ha sido infiel?- me desafía cruzándose de brazos.

- Tú igual que yo sabes que no lo ha hecho.- suavizo mi voz.- La conoces, Lu. ¿Sea lo que sea que ví? Hay algo detrás.

Toma una suspiro grande y profundo, dejando sus brazos caer a los costados.

- Lo sé.

- Sé que quieres cantarle unas cuantas verdades y heridas a la cara... pero primero lo primero. Una cosa a la vez.

- No quiero perderla...- su mirada se clava en el suelo.- Pero estoy molesta con ella.

- Yo sé que sí.- la abrazo con un cariño que creció entre nosotros desde hace muy poco.- Y apuesto a que ella no quiere perderte a ti.

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