29- El juego I

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Con la rara excepción de haber invitado a Marina y Nano, todo el grupo de amigos estaba sentados en los sofás de la gran sala de la casa de Valerio.

Samuel rodeaba a Carla con su brazo, mientras que Lu charlaba con ella y Cayetana. Rebeka hablaba animadamente con Nadia, que sostenía la mano de Guzmán con fuerza. Ander, Omar y Polo estaban degustando los aperitivos que se encontraban en la pequeña mesa del centro mientras que comentaban sobre la pobre decisión de haber invitado a la pelirroja. Marina, por su parte, se encontraba en un sofá, aparte al lado de Nano, observando las interacciones del grupo.

Guzmán no se sentía cómodo con la idea de tener que incluir al hermano de Samuel, pero era una condición que su hermana había puesto. Ella quería, a toda costa, hacer que los hermanos se reconciliaran, a pesar de que Samuel no quería saber nada con respecto al tema.

No era una cuestión de bondad, más bien de culpa. Sentía el peso de haber separado a aquellos hermanos que se desvivieron por ella.

- Bueno, bueno, bueno.- comenzó Valerio parándose sobre la mesa de los aperitivos y atrayendo la atención de todos los presentes.- Necesito que éste grupo de bellas personas me escuche con atención...

- ¿Tú sabes de qué va esto?- le susurró Carla a Lu.

- Es Valerio...- le respondió la mexicana.- Puede estar por organizar una ONG o por pedirnos que nos lancemos de un puente.

- Hoy no es un día cualquiera.- apuntó el chileno con una sonrisa en el rostro.- Hoy será un día en el que nos uniremos aún más...

- Por favor, dime que no es una orgía.- rogó Samuel haciendo una mueca de asco.

- Está en los futuros planes, pero no hoy.- le respondió Valerio riendo .- Hoy...- continuó.- jugaremos al tesoro escondido.

- ¿Y eso por qué es diferente?- preguntó Guzmán sin soltar la mano de Nadia.- Eso lo hemos jugado desde el Kínder.

- ¡Excelente pregunta!- exclamó Valerio señalando al rubio con el dedo.-  Por que esta vez, no lo jugaremos en la casa o jardín trasero de nadie... El campo de juego, es la ciudad de Madrid.

En el momento en que Valerio mencionó esto último, todos comenzaron a mirarse sorprendidos y sonrientes por la propuesta.

- ¿Pero cómo haremos para que no sigan al que lleva la delantera?- preguntó Ander confundido.

- Habrán equipos de a dos.- dijo el chileno sacando de su bolsillo unos sobres.

- ¡Yo con Nadia!- exclamó Rebeka.

- Y yo con Omar...- aprovechó para decir Ander.

El resto estaba comentando con quién querían estar cuando Valerio los detuvo.

- Aquí está el otro detallito.- apuntó él frenando a todos en seco.- Los equipos se forman aleatoriamente.

- Mierda.- susurró Lu, que quería estar con Carla.

Cada integrante del grupo escribió su nombre en un pedacito de papel y los colocaron en una bolsa de papel que el chileno les acercaba.

Valerio, que era el anfitrión, comenzó a sacar de a dos papelitos y a leerlos en voz alta mientras muchos se dedicaban sonrisas falsas, se quejaban o genuinamente se alegraban.

Mío o de nadie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora