Mío o de nadie

25- 'Te conozco' y un montacargas

- ¿Estás lista?- preguntó Samuel desde la planta baja.

- Si.- respondió Carla bajando las escaleras. Tenía un vestido rosa pastel que le llegaba por arriba de las rodillas y unos zapatos que hacían juego. Se había dejado el cabello suelto, y se lo había alisado, dando la impresión de que era más largo.

- Todavía tenemos como media hora para salir, ¿escuchamos música para matar el tiempo un rato?- sugirió Carla acercándose a él.

- Claro, escoge tú.- le tendió el IPad que se encontraba en la barra de la cocina.

- Vale...- suspiró encendiendo el aparato.- ¿Cuál es la contraseña?

- Mi cumpleaños.- le comunicó Samuel sin darle mucha importancia al asunto.

Carla intentó verse segura de sí misma, y apuntó cuatro dígitos numéricos que terminaron por marcar error.

- No parece funcionar.- dijo con todo sobrado.

- Tiene que funcionar.- sentenció Samuel sorprendido.- Es el día y mes, nada más.

Carla volvió a intentar, y nuevamente la contraseña fue rechazada.

- No.- ella ya se sentía acorralada.

- Déjame ver.- le pidió tendiéndole la mano para que le diera el IPad.

Marcó rápidamente los cuatro dígitos, y automáticamente la pantalla se desbloqueó.

- Que raro...- se acarició él la nuca.- ¿Qué has puesto tú?

Carla, inconscientemente, abrió sus ojos como dando a entender que la habían pillado.

Samuel rió y la señaló con el dedo.

- Tú no sabes mi cumpleaños, ¿no es así?- la molestó con una sonrisa en su rostro.

- ¡Claro que si!- se ofendió ella... aún sabiendo la verdad.

- Vale, pues dime entonces.- la retó él divertido.

- Agosto...- tartamudeó evitando mirarlo a los ojos.

- ¿Qué día de Agosto?- Samuel estaba disfrutando mucho el tenerla tan acorralada.

- Es... Yo... Pues...- se trababa.- ¡No diré tu contraseña en voz alta! ¡Es peligroso!

- No sabes el cumpleaños de tu propio novio.- la acusó apuntándole con un dedo mientras que reía.

- ¡Tú no sabes todo sobre mí!- se defendió ella.

- Vale.- Samuel había tomado aquello como un reto.- Tu cumpleaños es el 2 de Enero; tu mascota de la infancia era un potrillo llamado Lincon; odias cualquier tipo de comida que tenga queso en ella; solo bebes vino de conservas actuales o que sean muy antiguas, no tienes punto medio; duermes siempre cubierta con una sábana y una manta, sin excepción, a pesar de que haga frió o calor; amas las series de misterio; siempre lees aunque sea un capítulo de un libro del siglo XVIII antes de dormir... ¿sigo?

- ¡Agh!- se quejó dándole la espalda- Soy la peor novia del mundo...

- No, no lo eres.- la intentó tranquilizar.- Solo que yo soy mejor que tú, y eso te enoja.- le dedicó una sonrisa burlona.

- Vale, ya.- Carla quería terminar con esa charla lo más pronto posible. Odiaba que esos pequeños detalles la tomaran por sorpresa.- Deberíamos irnos. No nos hará nada mal llegar temprano.

- Como tú ordenes.- apuntó Samuel tomando su abrigo y ayudándola a colocárselo. Ella se posicionó de espaldas a él mientras que le sostenía el bello saco color beige.