- No seas tan duro con ella.- Nadia intentaba interceder por Carla, aunque la rubia no se lo había pedido.
- No quiero hablar de ello.- Samuel le aceptó una cerveza a Guzmán, que se encontraba detrás de la barra de la cocina. Los tres amigos se encontraban en la casa de él tratando de hacer que Samuel entre en razón. No había hablado con Carla hace un par de días y, al igual que ella, él se estaba volviendo loco.
- Se ha equivocado, Samu.- comentó Nadia acariciándole el hombro.- Nadie es perfecto.
- Joder, hasta pareces galleta de la fortuna.- se quejó él.
- Oye, que sólo intenta ayudarte.- intervino Guzmán.
- Lo sé... Lo siento, Nadia.- se disculpó mirándola con tristeza.
- No pasa nada.- le aseguró con una sonrisa acogedora.
A Guzmán y a la palestina les afligía mucho ver a su mejor amigo en aquella situación. Sabían que él tenía razón, pero no podían evitar sentir un poco de empatía hacia Carla, ya que el estilo de vida que tiene, fue con el que nació y se crió hasta el momento.
Después de la segunda cerveza, Guzmán se negó a volverle a compartir una botella a su amigo, que debía entender que las penas no se ahogaban en alcohol.
Luego de un rato, y fallidos intentos de Nadia para que Samuel llamara a Carla, Valerio llamó al portero eléctrico de la casa.
La pareja se sorprendió por la inesperada visita del chileno, pero no podían negar que necesitaban de aquella energía chispeante que cargaba con él. La situación con Samuel se volvía cada vez más deprimente.
- ¿Todo bien, Val?- le saludó Nadia con un beso.
- De hecho, venía de mi casa...- comenzó murándolos a ambos y luego señalando con la cabeza a Samuel, que no levantaba la mirada de la barra.- Y había una pijamada con ánimos bastantes fúnebres.
Samuel volteó con lentitud comprendiendo que Carla se había quedado en lo de Lu a platicar del asunto.
- ¿Ella está bien?- se atrevió a preguntar sin hacer contacto visual con nadie más que el suelo.
- No lo sé.- Valerio comentó sincero y se sentó a su lado.- Pero juzgando por la manera en que Lu me rogó que viniera a hablar contigo, parece que no muy bien.
Guzmán miró a Nadia de reojo, que no dejaba de hacer caras de angustia ante la situación que su amigo sufría. Se enterneció al ver cómo se preocupaba por él, y deseó poder hacer algo para poder ayudar, pero entendió que se encontraba fuera de sus manos.
- Llámala, Samu, no seas gilipollas, ¿quieres?- le pidió Guzmán tendiéndole el móvil.
- Que no.- volvió a reprochar él.- No puedo vivir siendo yo quien busca mantener esta relación a flote.
- Pensé que la amabas.- apuntó Nadia confundida.
- Más que a mi vida.- respondió Samuel con rapidez inmediata.- Pero también hago esto por ella.- comenzó a explicarse.- Necesita aprender que el mundo allí fuera no funciona igual. La personas no le perdonarán tan fácilmente cuando les devuelva con la misma moneda. La vida no se basará en ser o no parte de la clase social alta. Sus encantos no siempre la sacaran de aprietos cada vez que meta la pata. Y, ¿sabes?, prefiero ser el novio imbecil que le hace la ley del hielo, pero que le está dando la oportunidad de que se redima como cualquier otra persona lo haría. Algún día, me lo va a agradecer.
- Pues, ¿qué quieres que te diga?- sonrió Guzmán.- Cuando tienes razón, tienes razón, Samu.
- Pero...- Nada dudó.- ¿Y si decide que no será ella quien dé el brazo a torcer?
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Mío o de nadie
FanfictionDespués de que el su plan terminara en fracaso (terminada la segunda temporada), Samuel termina por convencer a Carla de que le de una oportunidad para demostrarle que nada fue un juego para él. Con mutuo esfuerzo para vivir una relación sin mentira...