38- Carla y Rebeka, y un incierto futuro

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Eran las 3:15 a.m. Samuel y Carla estaban descansando de su tercer "round". Ella recostada boca arriba, y justo a su lado, Samuel estaba inclinado hacia ella recorriendo su torso con la yema de los dedos.

- Hacía mucho que no teníamos una noche de más de dos veces.- comentó ella recuperando el aliento.

- Apenas dos semanas, ¿eso es mucho?- preguntó él mirándola de repente.

- No creo. Debo de ser yo la insaciable.- apuntó guiñándole un ojo.

En el instante en que sus labios volvieron a unirse vorazmente, el móvil de Carla sonó. Ella checkeó que no se tratara de nada urgente, y volvió a voltear para besarle.

- ¿Quién era?- preguntó Samuel haciéndose el desentendido.

Carla, que había disfrutado bastante la escena de celos del otro día, decidió jugar las cartas para beneficio propio.

- Yeray.- susurró casualmente entre besos, esperando una reacción de él.

- ¿Y qué quiere el gilipollas ahora?- se quejó Samuel tumbándola nuevamente de espaldas de una manera dominante.

- Saber cómo estaba...- respondió tranquila mientras se curvaba un poco hacia atrás para dejarle su cuello descubierto y que él pudiese besarla mejor.

- Carla, si este imbécil se está pasando de listo contigo...- amenazó él deteniéndose y mirándola a los ojos.

- ¿Entonces qué?- le desafió sonriendo coqueta.

- Le muelo a hostias.- apuntó rápidamente y con voz dura. Él no estaba jugando, iba más que en serio.

- Joder... que macho.- bromeó ella atrayéndolo más hacia ella.

- No estoy de coña, Carla.- aseveró.- Bastante me cuesta dejarte andar sola por ahí como para que este idiota venga y...

- Shh.- lo calló colocando un dedo sobre sus labios.- ¿Sabes cual es la mejor manera de marcar tu territorio? Ir por el cuarto 'round'...

Samuel negó con la cabeza resignado a que su novia siempre lo dominaría coló nadie. Solo ella tenía el poder de tenerlo en la palma de su mano.

_._

- Eh, marquesita. Tenemos una situación aquí que requiere vuestra divina presencia.- avisó Rebeka con ironía en el mensaje de voz que le dejó a Carla.- Traedla a la "Barbie Latina", le va a interesar. Yo me encargo de las demás...

Carla tomó su bolso y, aprovechando que Samuel aún estaba dormido, se dirigió a la salida del apartamento silenciosamente, ya que él aún estaba preocupado de que su hermano le haga daño.

Pasó a buscar a Lu, y con el chofer de la rubia, llegaron a la antigua casa de los Nunier, donde ahora residía Rebeka.

- Pasad rápido, que es importante.- las apuró ésta por el portero inalámbrico.

- ¿Qué crees que sea?- preguntó la mexicana a su amiga empujando la puerta.

- No lo sé. Solo espero que valga mi tiempo.- sentenció.

- Uff...- rió Lu.- ¿Aún sigue la rivalidad entre ustedes?

- No es rivalidad.- la corrigió la rubia.- Lo que ocurre es que tenemos un mismo interés en común, y para desgracia de ella, no es un género de películas.

Mío o de nadie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora