58- La vie en rose

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Tan complicado como pueda parecer, Samuel y Carla lograban mantener su relación saludable pero exitante al mismo tiempo. Las aventuras eran infaltables según el punto de vista de ambos.

No fue sorpresa cuando Carla propuso viajar a Paris por un fin de semana largo a fines de Abril. Se acercaba la graduación y ella sentía que debían aprovechar su querida Europa al máximo antes de marcharse.

Por supuesto que el primer destino, por mucha insistencia de su parte y muchos suspiros de Samuel,  fue el balcón que daba la vista perfecta a la torre Eiffel. Él adoraba que Carla posara y se pusiera en papel de modelo para que le saque fotos, y a ella le fascinaba que Samuel siempre cargara su cámara consigo, consiguiendo los mejores shots para postear e imprimir.

- Je vous aime.- le dijo jugando con el acento francés mientras daba un giro sobre su propio eje haciendo que el vuelo de su vestido de una con ella.

Samuel la capturó perfectamente. El cielo del atardecer y las luces que comenzaban a encenderse en la dicha torre, le dieron un toque perfecto a la foto.

- También te amo.- rió él dejando la cámara de lado y acercándose al borde del solitario balcón con ella.

Sin decir nada, ella volteó hacia la bella vista pidiendo sin palabras que él la abrazara por detrás, cosa que Samuel hizo sin dudar.

- ¿Te imaginas lo que será cuando volvamos a este lugar cuando ya estemos recibidos y tengamos trabajos y todo?- imaginó ella en voz alta.

- Mmmh.- asintió Samuel besándola en el cuello.- Será más fácil viajar entonces.

- Eso depende.- ella le acariciaba el brazo que Samuel tenía cruzado sobre su torso.

- ¿De qué?- indagó él aún dándole suaves besos en su cabellera.

- Bueno, quizá para entonces no estemos solos..- soltó sin pensar y rápidamente se dió una hostia mental.

De repente se hizo un silencio brutal. Ninguno de los dos sabía que decir. Carla se sentía incómoda, y no quería voltear para enfrentarse a su rostro y descubrir en qué pensaba.

- No creo que vengamos a esta parte de la ciudad cuando no estemos solos. Euro-Disney me parece una parada más acertada en ese caso.- comentó con una sonrisa en su rostro. Quería hacerla sentir cómoda con el tema. Sabía que ella tendía a esconder sus sentimientos más profundos por miedo al pensamiento ajeno.

- Más acertada...- repitió ella pensativa acercándose aún más a él.

De alguna manera se estaban prometiendo algo. El hecho de que ella haya sacado el tema era un gran inicio. Y para rematar, él le dejó ver que también añoraba él mismo futuro.

_._

Carla cerró la cafetera y sirvió dos tazas para ella y Samuel. Él estaba observándola desde no más de metro y medio. Ese cabello rubio, despeinado en un rodete, su remera ancha que le robaba para dormir y sus piernas desnudas caminando frente a él.

- Aquí tienes.- Carla le dejó la taza de café sobre la barra orgullosa de sí misma por ese pequeño logro.

- Wow.- comentó él haciendo una mueca divertida para molestarla, a lo que ella le dió un ligero golpe en la nuca.

El apartamento en el que estaban era inmenso, pero muy minimalista. Carla estaba fascinada con cada detalle, pero mucho más con la vista. A Samuel, por otro, le daba lo mismo estar en Paris a estar en Madrid. Solo que más adoraba del viaje era su tiempo a solas con Carla.

- Oye... sobre lo de ayer...- comenzó Samuel, y automáticamente se percató de que ella apartó la mirada al suelo.

- ¿Qué?- se hizo la ignorante.

Mío o de nadie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora