- ¿Qué te parece...- Carla salió del gigantesco armario.- éste?
Ella nunca jamás en su vida, había pedido opiniones con respecto a su vestuario. Pero encontraba un gran placer al modelar sus vestidos, faldas y blusas para Samuel. Él la observaba hipnotizado, cosa que ella notaba, y hacía que lo disfrutara aún más.
Algunas veces le modelaba su lencería nueva. Carla sabía muy bien cómo utiliza la situación para obtener lo que quería de él.
- Depende,- comenzó Samuel sentado al borde de la cama disfrutando de aquel show privado.- ¿se quita fácil?
Carla solo rió y volvió a entrar al armario a probarse otro vestido. Aquella noche se encontrarían con el grupo en un restaurante al aire libre. Era algo que venían queriendo hacer desde hace tiempo.
- ¿Qué te pondrás tú?- preguntó la rubia si dejarse ver aún.
- ¿Para qué me preguntas si de todos modos me terminarás vistiendo a tu antojo?- bromeó él.
- ¡No es cierto!- se indignó Carla riendo con él.- Solo te sugiero, muy sutilmente, que combines conmigo.
- Como si fuera un bolso... que indignación.- exclamó Samuel fingiendo una mueca de horror, a lo que Carla se asomó para tirarle un almohadón que tenía a mano.
Era algo entre ellos, siempre se molestaban y hacían bromas. Amaban ver al otro sonreír.
- Bien, creo que éste te gustará más.- dijo ella apareciendo por detrás de la puerta del armario.
Era un vestido turquesa, ajustado en el torso, pero acampanado de la cintura para abajo. Le llegaba más arriba de las rodillas, dejando ver parte de sus muslos. Se había calzado unos zapatos color piel de Louis Vuitton, que ahora se podía permitir gracias a la gran diferencia de altura entre ella y Samuel, que si bien podía usar grandes tacos, nunca lo alcanzaba.
- ¿Y bien...?- preguntó un poco insegura pero sin demostrárselo. El silencio con el que Samuel la observaba de arriba a abajo la estaba matando.
- Pues, estoy considerando seriamente la idea de haber muerto. Es la única explicación lógica para estar viendo a un ángel.- comentó sin quitarle la mirada de encima.
- Te lo he preguntado en serio.- le reprochó Carla.
- Y yo te estoy contestando seriamente. Nunca en mi vida había visto belleza semejante. Te vez hermosa, linda.- suspiró sonriéndole un poco.
- Gracias... pero no entiendo porqué estas tan consternado.- apuntó ella haciendo referencia a la mirada triste que él tenía en su rostro.
- No estoy consternado, ven.- la atrajo con una mano hasta sentarla en su regazo.- Tranquila.
- Te conozco.- le dijo seriamente.- Tienes dos opciones, sincerarte conmigo ahora, o sufrir un exasperante interrogatorio y luego sincerarte conmigo.
Samuel sonrió divertido ante aquella amenaza.
- Pues la primera opción suena mucho más prometedora.- bromeó contagiándole una pequeña sonrisa.
- No es nada que deba preocuparte, preciosa.- le aseguró, ahora más serio.- Cosas mías.
- Son cosas nuestras.- le reprochó ella imitando su rostro severo.- Y si, si me preocupa.
Samuel desvió la mirada sintiéndose acorralado.
- ¿Por favor?- le preguntó ella colocando su cabeza de costado, apenas sonriéndole y encogiendo los hombros, como si fuera una niña pequeña pidiéndole un cachorro a su padre.
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Mío o de nadie
FanfictionDespués de que el su plan terminara en fracaso (terminada la segunda temporada), Samuel termina por convencer a Carla de que le de una oportunidad para demostrarle que nada fue un juego para él. Con mutuo esfuerzo para vivir una relación sin mentira...