Me encerré en mi habitación, tratando de asimilar lo que había ocurrido. Quería sacarlo de mi mente a toda costa, pero no podía. Es un degenerado y un pervertido.
Entre protestas, fui al baño a darme una ducha. Tras salir, me conecté a mi computador para llamar por videollamada a Max, pues estaba preocupada por lo que pudo haberle sucedido cuando llegó a la casa.
—Qué bueno que contestas. Creí que aún no habrías llegado a tu casa.
—Perdóname, Esme — bajó la cabeza—. Yo pensé que las cosas funcionarían esta vez.
—No tengo nada que perdonarte. Los dos sabemos que ese tipo siempre busca salirse con la suya. No podemos darle el privilegio de amargarnos más la vida.
—Es que él tiene razón. Incluso si nos vamos lejos, ¿qué podría ofrecerte?
—¿No me digas que vas a tomar en consideración las palabras de ese cretino?
—Buscaré un trabajo y trataré de reunir lo más que pueda. Te prometo que te sacaré de ahí y nos iremos juntos, a un lugar donde ni mis padres ni ese tipo nos encuentre.
—Confío en ti. ¿Qué te dijeron tus padres?
—Me amenazaron con hablar con tu tío si volvía a sonsacarte. Por cierto, ¿no te hizo nada?
Esos pensamientos volvieron a cruzarse por mi mente y sacudí rápidamente la cabeza.
—No, claro que no.
—¿Estás segura?
—Sí, segura.
—Si tú lo dices. Tengo que colgar. Iré a bañarme. Nos veremos mañana.
—Descansa. Te amo mucho.
—Y yo a ti.
Me tiré de cabeza sobre la cama, dándome golpes con la almohada. Como odio a ese tipo. Le haré pagar por lo que me hizo.
Durante la noche, como era de esperarse, no descansé un comino. Incluso sin estar presente, ese idiota me amarga la vida. Ni siquiera pude prestarle atención a las clases. Estuve tan distraída que Max y mis amigas solo estuvieron encima de mí todo el día presionándome con sus preguntas.
—Ahora que estamos solos, ¿podrías decirme qué te sucede? Has estado actuando extraño durante todo el día. ¿Ese tipo tiene algo que ver?
—Ya te dije que no es nada, Max. Solo estoy cansada, no pude dormir nada anoche.
—Ojalá solamente sea eso. Te he sentido incluso distante.
—Estás viendo cosas donde no las hay. Todo está bien, te lo prometo.
—Tu chófer está esperándote.
—Ni me lo acuerdes — iba a caminar, pero su mano se aferró a mi muñeca.
—Oye, ¿te irás sin despedirte? — me dio un beso en los labios, como siempre lo hemos hecho, pero me sentí muy extraña.
Solo venía a mi mente lo que me hizo ese tipejo anoche.
—Hablamos más tarde. Te amo — lo dejé con la palabra en la boca para ir apresuradamente al auto.
No veo el momento de tirarme en la cama. Estoy bien cansada. Al llegar a la casa, me di cuenta de que habían cuatro autos estacionados, aparte del de mi tío. No es la primera vez que viene gente extraña a visitarlo. En su mayoría son supuestas amistades suyas, pero hoy no fue como esos días. Según entré, me percaté de cuatro hombres trajeados que nunca había visto, quienes estaban bien acompañados, cada uno con dos mujeres bastante expuestas y sentadas en su regazo; y por supuesto, mi tío no iba a ser la excepción. Estaban tomando, fumando y hablando sobre algo que no alcancé a escuchar, pues hicieron silencio tan pronto como me vieron entrar.
—¿Desde cuándo esta casa se ha vuelto un burdel? — pregunté en voz alta.Mi pregunta le sacó una sonrisa a Kiran.
—Esta es mi casa, por lo que si quiero convertirla en un burdel, puedo hacerlo. Ve a estudiar, niñita. Rosita te va a llevar la comida en unos minutos.
—¿Y desde cuándo debo seguir tus órdenes?
Las dos chicas se levantaron de su regazo y les dio unas nalgadas a las dos, sin siquiera importarle que yo estaba presente. Es un atrevido. Y a ellas no pareció disgustarle en lo absoluto. Se aproximó hacia mí y traté de no retroceder.
—Parece ser que lo de ayer no fue suficiente —me miró de arriba abajo.
—Voy a denunciarte con la policía por lo que me hiciste ayer. Eres un enfermo. Soy menor de edad y tu un viejo atrevido, abusador y pervertido.
—Cuida ese tono, o esta vez sí te arrancaré el labio.
—¡Eres un degenerado!
—Ah, un degenerado ¿eh? Pues no sé si fue idea mía, pero que yo recuerde, no te disgustó en lo más mínimo. En otras circunstancias, hubieras tratado de pegarme, pero te quedaste babeando y suspirando. No sabía que tenías ese tipo de fantasías tan sucias conmigo sabiendo que soy tu tío. Pero hablemos de degenerados... Solo por curiosidad, ¿ya le comentaste a tu novio sobre lo que pasó anoche? — rio con arrogancia—. Supongo que no, pues imagínate, le romperías el corazón a ese pobre muchacho.
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Dulce Veneno I [✓]
RomanceDesde la muerte de los padres de Esmeralda, la custodia absoluta cayó en manos de su tío; Kiran Harper, un hombre cuyo oficio y procedencia se desconoce, pero consta de infinitas conexiones, dinero y poder. Mientras ella lucha por salir de sus garr...