LII. No me apartes más de ti

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Mientras tendía la maleta sobre la cama, mi mente se transportó a nuestras conversaciones pasadas. Principalmente esa noche que lo confronté en el yate, donde le cuestioné sobre su identidad y procedencia. Nunca me dio una respuesta válida, solo las evadió con un «no sé».

Esos documentos y la foto que estaba adjuntada rondaban mi cabeza. Estaba totalmente segura de que esa foto 2x2 era suya, tenía sus mismos ojos, aunque lucía como un adolescente.

Pensando en los diagnósticos, me dio con buscar en internet sobre ello. Era una larga lista de síntomas y de causas. Cada vez que leía una de ellas me transportaba a cada situación que he pasado con Kiran; ira, irritabilidad y aumento de energía. Esos arrebatos que le dan en ocasiones son muy inquietantes. Él ha causado daños materiales, como la vez que rompió todo en mi habitación. Las amenazas constantes y agresiones a personas también las ha presentado. El cambio en su expresión también lo he notado. Pero ¿por qué el nombre que aparece es Sebastián? ¿Quién es Sebastián?  ¿Podría ser que se cambió el nombre con tal de ocultar que estuvo internado?

En la información decía que aún se desconocían las causas en específico de ese trastorno, pero que probablemente se debiera a una serie de factores ambientales y biológicos:

Entorno. La mayoría de las personas con este trastorno crecieron en familias donde el comportamiento explosivo y el abuso verbal y físico eran comunes. Estar expuesto a este tipo de violencia a una edad temprana aumenta las posibilidades de que estos niños exhiban los mismos rasgos a medida que maduran.

Genética. Quizás exista un componente genético que provoque que el trastorno se transmita de padres a hijos.

«¿Insensible y sin sentimientos? Así me criaron, y debo admitir que fue lo mejor que pudieron hacer mis padres y lo único que genuinamente les agradezco. Tener sentimientos, solo hará que a la larga o a la corta, te vuelvas esclavo de ellos. La primera vez que maté a una persona fue cuando tenía doce años. Aún era un niño cuando apuñalé a un hombre hasta la muerte. Lo que experimentaste tú, no se puede comparar a lo que viví. No sabes lo que es ensuciarte las manos. Un disparo lo puede dar cualquiera y luego esconde la mano. No sabes lo que es ensuciarse las manos al nivel de que el agua y el jabón jamás es suficiente para limpiarte. No sabes lo que es escuchar sus tejidos desgarrarse mientras el filo atraviesa su carne y debes hacerlo una y otra vez, ejerciendo cuánta presión puedas, para asegurarte de que del suelo no se levante. Te di el privilegio de elegir, algo que yo no tuve, así que deberías sentirte agradecida. Tú eres una pequeña palomita. Se nota que tus padres te han guardado en una pequeña caja de cristal, lejos de la maldad, de la calle, de la vida, de la realidad; y nunca supieron el daño que te estaban provocando sin querer. Vivir ajeno a todo no es sano».

Es cierto. Él me contó sobre eso. Sus padres no eran personas comunes o normales. ¿Qué padre sería capaz de hacerle algo así a su propio hijo?

«Has jugado con mi mente y con mi corazón, chiquita. Aunque no lo parezca, yo también tengo sentimientos, tal vez muy adentro, pero los tengo. Es una pena que haya depositado mi confianza en una mocosa que no sabe lo que quiere».

Él se veía fuera de sí esa noche. Era la primera vez que me desconcertaron por completo sus acciones.

«Todos tenemos secretos del cual no estamos orgullosos y que no queremos contarle a nadie; y estamos en todo nuestro derecho de no hacerlo».

¿Qué fue lo que vivió cuando era niño? La foto perturbadora de ese niño apareció en mi mente. El rostro del niño no se veía claramente por el ángulo, por lo que no puedo asegurar que se haya tratado de él. Aun así, dejándome llevar por la forma en que tomó esa foto en sus manos y la furia que mostraba en su expresión, puedo interpretar muchas cosas.

«Con la cámara podemos capturar los momentos más importantes para vivirlos de nuevo. Cada fotografía tiene una historia que contar, por lo que incluso si pierdo esos recuerdos de mi mente, aquí siempre estarán intactos. Le he encontrado otro uso para darle a esta cámara. He fotografiado con ella todo lo que he perdido, pero jamás lo que he ganado. Por eso hoy decidí borrar de su memoria todo lo malo. Aunque eso no cambiará todo lo que vio y pasó conmigo, también merece captar las cosas bonitas que mis ojos están viendo».

¿Podría ser que ese niño realmente haya sido él? Eso explicaría muchas cosas. Especialmente la actitud que asumió. Quiero creer que estoy equivocada y que ese no es el caso. Solo imaginar que algo tan horrible como eso pudo haberle pasado, hace que me sienta miserable por la manera en que lo traté. Él se comportó como un demonio, me hizo todas esas cosas delante de mis amigas, pero en primer lugar, yo sabía que estaba haciendo las cosas mal desde el comienzo. Si me hubiese dejado llevar por lo que mi mente me decía, tal vez hubiera desistido de hacerlo y las cosas no hubieran terminado así.

Aparte de eso, no sé quién pudo haber sido la persona que me envió todo eso. Es algo que eventualmente averiguaré.

«Necesito a alguien capaz de aceptarme como soy y esté dispuesto a permanecer a mi lado contra viento y marea. Si no es eso lo que puedes ofrecerme, entonces lo mejor será mantener las cosas como están».

«Definitivamente me equivoqué contigo. No eres lo que busco».

Las cosas no se pueden quedar así, necesito hablar con él.

Salí de la habitación en busca de Kiran, el primer lugar para buscarlo fue su habitación, pues fue ahí donde se encerró luego de nuestra discusión. Lo vi tendido sobre la cama y, aunque tenía los ojos cerrados, los abrió automáticamente cuando abrí la puerta.

—¡No hables! — le grité, parándome frente a la cama—. Déjame hablar a mí — respiré hondo—. Ya sé que no quieres verme, yo tampoco quería verte hasta hace unos minutos, pero considero que tú y yo tenemos que hablar. No quiero que las cosas entre los dos continúen así. Ya no te voy a pedir que me cuentes tu pasado, tampoco que te abras a mí sino sale de ti hacerlo, pero al menos, ya sea como tú sobrina, como tú dolor de cabeza, como tú mujer, o lo que sea, déjame estar contigo. Te prometo que no voy a juzgarte o a reclamarte más, intentaré entenderte, aunque sea tan difícil. No me apartes más de ti. Se siente horrible.

Dulce Veneno I [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora