LXXIX. Una difícil decisión

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Han sido duras las semanas que hemos tenido. Cardona nunca se apareció por la casa y es algo que me ha tenido preocupada, pues eso indica que sospechaba que algo malo iba a ocurrir en su ausencia.

Por otro lado, los planes de Kiran con respecto a Serrano los hemos puesto en marcha. No podré devolverle la vida a mis padres, pero si tengo la oportunidad de hacerle pagar a quien me los arrebató, no pienso dar mi brazo a torcer.

Con la ayuda de Kiran, he aprendido muchas cosas. Entre ellas el proceso de lavado de dinero, envolviendo los temas de colocación, estratificación e integración;  y es que ese era otro de los negocios que manejaba mi mamá. Dejó una larga lista de contactos a los cuales he ido contactando para quedar a su disposición. Aun me falta mucho por aprender, pero Kiran siempre ha estado ahí para enseñarme y ayudarme. 

Utilizamos una de las bases de distribución que Kiran tuvo que cerrar. Hay suficiente espacio, por lo que obviamente es más cómodo para nosotros y las muchachas que Kiran trajo para ayudar. Ellas conocen mucho más que yo, pues la mayoría han trabajado en esto por mucho tiempo.

Lo menos que puedo hacer por mis padres también es hacerme cargo de todo lo que dejaron y que con mucho sacrificio, echaron hacia adelante.

No hubiera jamás imaginado que mi vida daría este giro, pero luego de la mala experiencia que tuve, no quisiera volver a pasar lo mismo. Quiero ser fuerte, demostrarle a Kiran y a mi misma que puedo contra todo. Aunque por fuera intento aparentar estar tranquila, por dentro estoy llena de miedos e inseguridades. Lo único que me reconforta es tener a Kiran a mi lado.

Es muy probable que él no se haya dado cuenta, pero ha cambiado mucho desde ese día que arreglamos nuestras diferencias. A veces le cuesta demostrar las cosas, diría que la gran parte del tiempo, pero cuando lo hace, le sale tan natural y real, que no para de sorprenderme y emocionarme.

—Ya te había hablado sobre esto hace unos días, pero he encontrado a una familia para Dereck. Considero que ellos podrán darle lo que necesita. Los evalué en muchos aspectos y los encuentro lo suficientemente competentes para hacerse cargo de él.

—¿Qué? ¿Ya tan pronto? Aún no le has hablado sobre esa maldita vieja. Esto va a ser muy doloroso para él. Dereck ha estado aquí por un tiempo, y créeme, le dolerá que lo dejemos con unos desconocidos.

—Nosotros no podemos hacernos cargo de ese niño y tú lo sabes.

—Pero él aquí ha estado bien. No le ha faltado nada e incluso es un niño muy dulce y juicioso.

—Muñequita, yo espero que no te hayas encariñado de ese niño. Los dos sabíamos que esto tarde o temprano pasaría. Esos eran mis planes desde el comienzo y si los extendí fue porque debía encontrar a dos personas capacitadas para hacerse cargo de él.

¿Encariñarme? Yo creí que él también lo había hecho, pues la forma de tratarlo dejó de ser la misma del comienzo. Ya no le dice garrapata, ahora lo llama por su nombre o le dice campeón. Verdaderamente no lo entiendo. Sí comprendo que no debería permanecer con nosotros, pero a la misma vez, pienso en lo mucho que esto le va a afectar.

—Aterriza en la tierra, meona. Esos viajes astrales no me gustan, siento que me estás ignorando intencionalmente.

—¿Tú realmente podrás despegarte de él?

—Sí. Esto es ley de vida. Aparte de eso, estoy velando por su futuro y por su bienestar. Él necesita una figura materna y paterna que le brinden el cariño y la atención que necesita. Ahora mismo está fuera de la escuela, también necesita educación.

—¿Podré visitarlo de vez en cuando?

—Estoy tratando de entenderte, pero se me hace bien difícil. Habías dicho que no te interesaban los bebés o los niños, pero ahora estás haciendo este drama por abandonar a un niño que no es ni tuyo y que desde el principio te dejé claro lo que iba a suceder con él.

—Él me ve como una hermana, y yo como el hermano que nunca tuve.

—Pues cómo buena hermana, piensa en su bienestar y déjalo ir para que no tenga que vivir en la misma incertidumbre que vivimos. Estarías condenando a ese niño a convertirse en el nuevo objetivo de nuestros enemigos. Ahora no le ha sucedido nada porque ha estado dentro de la casa, pero no lo podemos mantener toda la vida aquí.

—Tienes razón. Perdón por no pensar en eso y ser tan egoísta.

—Deja de poner esa cara de pocos amigos. Vienen a recogerlo en unas horas. Lo mejor será hablar con él para que recoja todas sus cosas.

—Habla tú con él. No puedo hacerlo.

—Considero que será lo mejor. En la condición que te encuentras sí harás que sufra con este rompimiento. Toma tu tiempo para asimilar las cosas, ¿sí?

—Se siente raro que no me ataques como hacías antes. En este momento estarías siendo muy cruel y cortante con tus palabras por el simple hecho de seguir sintiendo cosas.

—¿Así que ves como un ogro, meona? — rio—. Qué bueno saberlo.

—Pues sí. Antes te veía de esa manera, pero ahora has cambiado mucho.

—Salgamos esta noche los dos solitos. Hay un lugar a donde quiero llevarte. Será un largo viaje, así que prepara tus cosas también.

—Está bien.

Estampó un exquisito beso en mis labios y con una sonrisa entró a la casa. Sus besos tienen la facilidad de estremecer todo mi cuerpo y hacerme desear más.

Observé los camiones partir de la casa; uno a uno con un destino distinto por delante. Aunque me duela aceptarlo, debo dejarlo ir. Desde hoy en adelante nuestros caminos se dividen.

Mi teléfono sonó, interrumpiendo esa ola de pensamientos y respondí, a pesar de que era un número que no estaba registrado en mi teléfono. He hecho tantas llamadas recientemente que no sabía si se trataba de algo importante.

—¿Bueno?

Escuché la voz de Max al otro lado de la llamada y apreté el teléfono de la rabia.

—¿Cómo estás, mi amor? ¿Todo bien en casa?

—Hasta que te dignas a aparecer, cobarde. ¿Cuándo piensas dar la cara? ¿Bajo las faldas de quién te has metido?

—Bajo las tuyas muchas veces. Fíjate que tengo un dato que puede servirte de mucho.

—Ah, ¿sí? Cuéntame, soy todo oídos.

Esperaba que lo que iba a decir fuera algo sobre Kiran para meter cizaña, pero ese no fue el caso.

—Serrano debe estar a punto de llegar a tu casa.

—Eso no es posible. Nadie sabe dónde me encuentro.

—Luego no digas que no te lo advertí. Cuídate mucho, porque el único que tendrá el privilegio de matarte seré yo. Muy pronto nos estaremos viendo, bebé — colgó la llamada, dejándome con miles de incógnitas.

No lo entiendo. ¿No se supone que él está de parte de Serrano? ¿Será esto una mentira de las suyas? Lo mejor será hablar con Kiran inmediatamente.

Dulce Veneno I [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora