—Espero no intentes defenderlo. Ese muchacho ya no es lo que era. Los celos pueden transformar por completo a una persona.
—¿En qué te basas?
—En muchas cosas. Que te quede claro que solo son teorías. Estoy tratando de cuadrar todo. Dime algo, ¿fue él quien sembró dudas en ti para que abrieras la caja fuerte? No es posible que la hayas encontrado, mucho menos que hayas adivinado la contraseña, a no ser que alguien más te la haya brindado. Nadie conocía de la existencia de esa caja.
—Alguien me envió un correo electrónico, aunque nunca supe de quién se trataba. Pero si dices que nadie conocía de la existencia de la caja, ¿cómo hubiera sido capaz él de encontrarla?
—Siempre me estuvo extraña la visita de él a la casa mientras estuvimos de viaje. Pensé que había sido por celos que lo hizo, pero regresando a lo que te dijo ese día que lo enfrentaste para terminar con él, dijo que nos había visto subirnos al yate, por lo que desde ese día ya sabía que estábamos juntos, entonces, ¿para qué iba a visitar la casa en nuestra ausencia? ¿No te parece evidente? Él logró abrirla antes que tú, porque en ella me faltaba una sola cosa y no creo que hayas tomado esa sortija tú.
—¿Sortija? ¿Hablas de una sortija con un diamante redondo de color esmeralda?
—Sí. Debiste haberla visto entre las demás joyas.
—No solo la vi junto a las demás joyas, también vi otra en el armario de su apartamento. Estaba junto con su revólver.
—Entonces tengo la razón. Es un maldito ratero.
—¿Y para qué va a querer esa sortija? ¿Qué hay de importante en ella?
—Una sortija le pertenecía a Peter y la segunda era mía. En ambas están nuestras iniciales. Fue un regalo que él me hizo en mi cumpleaños. Aparte de lo valioso que es, asumo que lo robó para investigar más sobre mí. Ese cabrón sabe demasiado, y no puede seguir respirando.
—Pero ¿cómo entró al estudio sin que lo descubrieran?
—De la misma manera que lo hiciste tú. Probablemente en algún descuido de la estúpida de Mariana. Ella fue quien lo recibió ese día. Las cámaras de seguridad responderán por ella. Nunca miré los vídeos porque realmente no lo consideré necesario, pero ahora muchas cosas cuadran. He subestimado mucho a esa rata de alcantarilla.
—¿Y cómo pudo descifrar la contraseña?
—¿Crees que eso es tarea difícil para rateros como él? Esa sortija no me preocupa en lo más mínimo ahora, lo más que preocupa es la información que tiene en sus manos.
—Sebastián es tu verdadero nombre, ¿verdad?
—Sebastián está muerto y enterrado. Mi nombre es Kiran Harper; alías: tu tío favorito.
—Tú no eres mi tío — desvié la mirada.
Respetaré que no quiera hablar sobre ello. Sé que no debí preguntar, pero eso que dijo responde muchas cosas.
—Espero no intercedas por él cuando llegue su momento. Esto se volvió algo personal. Si antes quería destriparlo, ahora tengo más razones para hacerlo. Si está trabajando para Serrano como creo, no creo que falte mucho para que logren conocer mi pasado y eso no me conviene. Debí eliminar esa evidencia. Maldita manía de querer conservarlo todo.
—¿Y Kim? ¿Qué pasará con ella y sus padres?
—Déjame todo a mí; ya no pienses en eso, ¿sí? — descansó su mano en mi muslo y lo miré desconcertada.
Sigue siendo el mismo de siempre.
—Ese viejo tiene que pagar por lo que les hizo. Si ese tipo quiere guerra, pues guerra va a tener. Tú me ayudarás a pasarle factura a ese desgraciado. Que ni crea que se va a salir con la suya. Mató a tres inocentes de la manera más cruel e inhumana, merece que le paguen con la misma moneda.
—Me estremece oírte hablar así.
—No es momento para tus burlas, Kiran.
—¿Y quién dijo que es una burla? Es una realidad.
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Dulce Veneno I [✓]
RomanceDesde la muerte de los padres de Esmeralda, la custodia absoluta cayó en manos de su tío; Kiran Harper, un hombre cuyo oficio y procedencia se desconoce, pero consta de infinitas conexiones, dinero y poder. Mientras ella lucha por salir de sus garr...