Capítulo 16. Un día en la playa.

59 5 1
                                    

Era un domingo a principios de junio. Sara salió de su casa ataviada con su sombrero, su vestidito de algodón, sus sandalias y un enorme bolso. Iba a pasar el día en la playa. Iba apurada, pues tenía el tiempo justo para llegar a la estación y subirse al autobús de las diez cuarenta y cinco. Cuando estaba a punto de cruzar la calle, vio a Paul apoyado en un flamante Aston Martin azul.

Se quitó las gafas de sol con la boca abierta. Luego se volvió hacia él.

-¡Vaya! ¿Has venido aquí  para enseñarme tu cochazo?

Paul rió.

-¿Qué te parece? Llevo desde las ocho de la mañana dando vueltas con él, lo recogí ayer.

-Es increíble, sobre todo comparado con el Mini.

A Paul le gustaban los coches y había tenido ya varios, el último de ellos un Mini, que a Sara le encantaba.

-¿Ibas a algún sitio?

-Pues sí, iba a pasar el día en la playa, en Brighton.

-¿La playa? –preguntó Paul con extrañeza.

-Pues sí, yo es que soy del sur, ¿sabes? Necesito sol. Y si me perdonas, tengo prisa. He de coger un autobús.

-Te llevo –dijo Paul abriendo la puerta del coche.

-¿A la estación? –rió Sara –si está a diez minutos andando.

-No –contestó Paul –a la playa. -Con este cacharro llegaremos en una hora.

Sara dudó, pero la imagen de Paul ofreciéndole subir a su maravilloso coche le pareció un sueño. Además se ahorraría una hora y media de viaje y unas cuantas libras.

Paul no cogió el camino directo a Brighton. Paró frente a su casa.

-¿Qué hacemos aquí? –preguntó Sara divertida.

-Voy a coger el bañador –contestó él saliendo del coche; y añadió, asomándose por la ventanilla –no querrás que me bañe en pelotas.

Sara rió. Cuando Paul salió dos minutos después ella lo esperaba fuera del coche, apoyada en la misma posición que él antes.

-¿Qué haces? Venga, monta -la apremió.

-No. Para poder venir conmigo, hay una condición.

-¿Cuál?

-Quiero conducir tu coche.

Paul no había pasado tanto miedo en un coche en su vida. Sara sabía conducir pero, obviamente, nunca había conducido un coche tan potente, ni por el lado izquierdo, ni con cambio de marchas automático. Aunque tampoco parecía que hubiera tenido nunca demasiada habilidad.

Operación "Línea de Tiempo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora