Capítulo 39. La revelación de John.

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Pasaron las semanas sin que nada ocurriera. Ni William, ni Neil, ni nada extraño. Los chicos se empezaron a relajar. Además, pronto comenzarían las giras y se verían inmersos en los preparativos, las actuaciones, las apariciones oficiales…

Un día en el estudio, a mediados de junio, para sorpresa de John, Ringo y George, Sara anunció que no participaría más en los montajes de los escenarios.

-¿Cómo? –John fue el primero en reaccionar. -¿Nos dejas tirados?

-No, no me voy del todo. Voy a seguir aquí, seguiré yendo a los conciertos, revisaré que todo esté bien después del montaje.

Brian y George Martin, allí presentes, asintieron con la cabeza. Estaban al tanto de ello, ya habían tenido una larga conversación con ella una hora antes.

John levantó la voz:

-¿Así, de repente? Tenemos la gira por Oriente, tenemos la de Estados Unidos, nos falta Neil y justo ahora quieres largarte –se volvió hacia Paul -¡esto es cosa tuya! Tú le has dicho que lo deje.

-No –contestó Paul muy tranquilo, –es su decisión, pero estoy de acuerdo con ella.

-John, he trabajado mucho, ya no puedo aportar más, el sonido es muy bueno, acuérdate del Shea Stadium, no habrá nada más grande que eso, todo está bien, y si algo falla, siempre voy a estar por aquí. George también sabe lo suficiente. Sólo quiero dejar de montar escenarios, eso es todo.

-Sí, eso es todo. Está muy claro –contestó John entre dientes.

-¿A qué te refieres? –preguntó ella, harta de aguantar su sarcasmo y sus medias tintas.

John dudó, pero al final, la rabia le hizo hablar. Estaba fuera de sí.

-¡Tú aceptaste este trabajo para estar cerca de Paul! No querías liarte con él, pero sí estar cerca, y ahora que ya lo tienes y vivís como una parejita feliz, no te interesa currar. ¿Acabarás esperándole en casa, tumbada en la cama, para cuando vuelva de tocar?

Sara se quedó muda. Paul, en cambio, se levantó y fue hacia él:

-¡Te estás pasando, John!

John se volvió hacia él y los dos quedaron enfrentados. Todos los demás se pusieron en tensión. George se levantó de la silla, dispuesto a interceder en caso de que aquello fuera a más.

-¡Tú igual! ¡Te venía de puta madre que ella mariposeara a tu alrededor, para verle el culo! Ahora ya no te hace falta, y el grupo que se vaya a la mierda.

-¡No me vengas con ésas! Te conozco, John, y esto no es por el grupo, ¿qué pasa? –gritó Paul.

-Pasa que te gusta controlar a las mujeres. ¡Tú siempre has querido una tía metida en casa!

Paul apretó los puños tratando de contenerse. George se puso entre los dos.

Operación "Línea de Tiempo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora