Operación "Línea de Tiempo"

Capítulo 8. "Ya no estás en el Cavern"

Brian observaba con mirada inquisitiva a la recién llegada. Era tremendamente desconfiado, y no veía con buenos ojos la intromisión de gente “ajena” al grupo, mucho menos tratándose de una chica joven.

“Esto sólo traerá problemas”-pensaba.

A George Martin, sin embargo, con una mente mucho más técnica, lo que les contaban George y la “prima de Ringo” le resultó muy interesante.

-¿De dónde habéis sacado todo esto? –preguntó finalmente con una sombra de sospecha en su rostro. -¿Cómo se os ha ocurrido?

-Bueno, tengo experiencia en el mundo del sonido y George en la electricidad, simplemente empezamos a pensar juntos y se nos fue ocurriendo.

-Supone hacer muchos cambios y es muy probable que no salga bien del todo. Y sin embargo, de tan sencillo me parece increíble que no se le haya ocurrido a nadie antes.

George y Sara se miraron de soslayo.

-De acuerdo –dijo finalmente el señor Martin, ante la desesperación de Brian –bienvenida a EMI. Te voy a presentar al resto del equipo, trabajarás con ellos.

Brian intervino.

-Has de saber que esto te supondrá mucho tiempo, te deberás al estudio, tendrás que trabajar más horas y más duro que en toda tu vida.

-Me parece bien –respondió Sara encogiéndose de hombros. Tiempo era precisamente lo que tenía.

Paul, John y Ringo vieron entrar a Sara con el señor Martin, George y un consternado Brian. Se imaginaron en seguida lo que había ocurrido. George ya les había contado sus planes y todos pensaron al momento que sería complicado convencerlos. Pero allí estaban. Paul miró a la chica y esbozó una sonrisa de oreja a oreja. Por supuesto, no se había dado por vencido. Y ahora la iba a tener cerca todos los días.

-Te presento a James, es el “chispas” de por aquí, trabajarás con él mano a mano. James, esta es Sara, la prima de Ringo de la que te he hablado, ella te explicará sus ideas para que podáis empezar a ponerlas en práctica.

James miró con desconfianza a la recién llegada. Sara le dirigió una inmensa sonrisa y le tendió la mano.

-Encantada, James.

Este le devolvió el saludo y le sonrió también.

-Bueno, soy chispas, montador, pruebo sonido, traigo cafés, hago fotocopias… En fin, como Mal, Neil y Peter, estoy para lo que haga falta.

-Y yo  -contestó Sara.

-Ah, estupendo –dijo John por detrás –pues tráeme un café solo, guapa.

Sara se volvió hacia él y arqueó las cejas.