Operación "Línea de Tiempo"

Capítulo 57. Nos volveremos a ver.

Sombras, sombras que se cernían sobre mí, me perseguían. Caía, caía, por una espiral. Mucho miedo, mucho ruido, alguien me llamaba, oía mi nombre: Sara, Sara...

-Sara, Sara, despierte.

Abrí poco a poco los ojos. La luz me hizo daño. Vi el techo y un hombre con bata blanca que me miraba. De repente, el dolor me envolvió. Me dolía el pecho, las piernas, la mejilla. Traté de tocarme la cara, pero no pude. No podía mover el brazo izquierdo y algo tiraba del derecho. Miré, estaba conectada a un gotero. Quise volver a cerrar los ojos para no enfrentarme a la realidad.

-Sara, abra los ojos. ¿Sabe dónde está?

Asentí con la cabeza.

-Escuche, está usted en el hospital. No se preocupe, se pondrá bien. ¿Siente dolor?

Volví a decir que sí con la cabeza, aunque aquel movimiento requería de todas mis fuerzas.

-La enfermera vendrá en seguida y le suministrará un calmante.

El médico salió. Al momento vi entrar a Paul. Sabía que estaba muy triste, tenía los ojos rojos de haber llorado, pero intentaba disimularlo. No pude soportarlo. Noté cómo una lágrima caía por mi mejilla dolorida.

-Paul... -conseguí susurrar.

-Shhh -dijo él sentándose a mi lado y cogiéndome de la mano -no hables.

-Lo siento -más y más lágrimas.

-No... -empezó a decir, pero se paró, no pudiendo disimular más su tristeza.

-Lo siento, Paul, he perdido a tu niño, a nuestro niño.

Vi como Paul empezaba a llorar también; me acarició la cara.

-Descansa, cariño.

La enfermera llegó con la medicación, que puso en el gotero. A los pocos minutos me sentí mareada y adormecida.

Aquella tarde llegó uno de los agentes de policía al hospital, preguntó por el estado de Sara y se quedó hablando con Paul.

-Hemos encontrado a un hombre tirado al pie del acantilado, más abajo del lugar donde fue encontrada su novia. Está muerto. Creemos que es el atacante.

-¿Qué aspecto tenía? -preguntó Paul.

El policía lo miró inquisitivamente.

-Pues se parece mucho a usted, señor McCartney. Es sorprendente.