Operación "Línea de Tiempo"

Capítulo 58. Una sospecha.

Pasé por una depresión brutal. Había perdido a mi bebé, cuando más ilusionada estaba de tenerlo. Tenía pesadillas en las que me despertaba gritando, pensando que el hombre que estaba a mi lado en la cama era William.

Paul tuvo una mucha paciencia, el pobre. Me cuidaba, intentaba estar conmigo todo el tiempo que podía, me abrazaba cuando yo lloraba sin poder parar durante minutos y minutos. Me traía flores todos los días, siempre con una sonrisa en la cara.

A menudo pensaba en John. No le había visto desde entonces, desde aquel momento en que salió dolido y enfadado de su habitación. Durante aquel tiempo me sentí más culpable que nunca por haber traicionado a Paul. Porque él, a pesar de nuestros problemas, de su genio y de sus celos, había cuidado de mí día tras día sin pedir nada a cambio.

-John está con otra mujer -dijo un día Cynthia, mientras tomaba el té con Sara en su casa.

Sara dio un respingo y se removió, inquieta.

-¿Por qué dices eso?

-De esas cosas se da una cuenta, cielo. Además, lo han visto. No besándose ni nada, pero sí con ella, varias veces. Aparte, hace al menos un mes que no hacemos el amor. No quiere saber nada de mí.

-¿Cómo es ella? ¿Te lo han contado? -preguntó Sara.

-Es una especie de artista, expone en galerías y eso. Y es japonesa.

Sara se estremeció.

-Yoko Ono -dijo, dándose cuenta al momento de su error. Se quedó esperando la reacción de su amiga.

Cynthia la miró con expresión neutra. A Sara le extrañó que no se sorprendiera. Desde el día en que William la había atacado, momento en que John había conocido a Yoko, Sara apenas había salido a la calle, salvo para ir al médico. De forma que no había motivo para que ella conociera el nombre de la amante de John.

-Bueno, ya sé su nombre -dijo Cynthia -y supongo que este es el final de nuestro matrimonio, ¿verdad?

No era una pregunta retórica, Cynthia esperaba una respuesta. Sara pensó unos segundos, no podía seguir fingiendo. Bajó la cabeza y dijo, simplemente:

-Sí, Cyn, no durará mucho más.

Su amiga sonrió amargamente.

-Gracias a ti, sé a qué atenerme.

Sara la miró durante unos segundos. Cynthia le sonrió.

-Olvidemos esto si quieres, cielo. Ahora preocúpate sólo de ponerte bien. Yo estoy tranquila, porque sé que tengo a una gran amiga conmigo, venga de donde venga, o de cuando venga.

Al oír a Cyn decirme eso bajé la cabeza avergonzada. Por un momento tuve la tentación de confesarle lo que había pasado con John. Pero no tuve valor, bastante mal lo estaba pasando ella.

Luego pensé en Yoko, esa impresentable que, según sabía, habría aparecido por allí para tener controlado a John tras la muerte de Paul. Pero Paul estaba vivo, el engaño no existía, no había nada que controlar, ¿o sí?

De repente sentí mucho miedo, porque tuve la certeza de que, de alguna manera, los que manejaban los hilos de aquel asunto seguían adelante con el plan. Pero, ¿cuál era el plan ahora? Las cosas habían dado un giro radical, y ahora no contaba con la ventaja de saber qué iba a ocurrir. Me empecé a preocupar por John, no podía soportar imaginármelo con ella, pues probablemente sólo iba a hacerle daño.