Capítulo 37. William Campbell.

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A principios de junio los chicos acudieron como invitados a una convención en un hotel en el centro de Londres. Aquello estaba atestado de gente, periodistas, agentes publicitarios, miembros de otros grupos musicales, actores…

Sara y Paul estaban de pie a un lado de la sala, tomando una copa, cuando una voz conocida les hizo volverse.

-Hola Paul.

Era Jane. Sara se puso tensa. Paul no se movió.

-Hola –dijo, simplemente.

Jane ni miró a Sara, tampoco esta esperaba que lo hiciera. Se acercó a Paul y le dio un beso en la mejilla. Él hizo ademán de retirarse, pero acabó aceptando el gesto, que no le devolvió.

-Tengo que hablar contigo, es importante. Se trata de la cabaña en East, quiero ponerla a nombre de mi hermano, pero figuras tú como segundo titular.

Paul se volvió hacia Sara:

-Cariño, ¿me disculpas un momento, por favor?

Sara asintió y se retiró un poco. Jane se la quedó mirando con cara de triunfo. Luego volvió a sus asuntos con Paul.

Mientras éstos discutían, Sara miraba distraída hacia la sala, la gente charlaba animadamente, había mucho movimiento. Se giró sobre sí misma y entonces lo vio. Un escalofrío recorrió su espalda. Sólo fue un instante, pues desapareció entre la multitud. Pero para ella había sido suficiente. Era él. Estaba segura. Era William Campbell.

Se movió en busca del ángulo que le permitiera encontrarlo de nuevo. Finalmente, apareció otra vez. Allí estaba. Llevaba bigote, unas enormes gafas y el pelo peinado hacia atrás. Era muy similar a la foto del White Album. Parecía esperar a alguien, dirigía rápidas miradas hacia la puerta de la sala y miraba su reloj, un reloj que llevaba en su muñeca izquierda.

William alzó la vista y la miró. Ella desvió rápidamente la mirada, tratando de disimular. Pero, durante el breve instante en que sus ojos se cruzaron, Sara notó que él la miraba de forma extraña. Sintió frío, y mucho miedo.

Tratando de no parecer ansiosa, por si él la estaba observando, se acercó a Paul, que discutía acaloradamente con Jane.

-Yo puse el mismo dinero que tú, la mitad de esa propiedad es mía –decía enfadado.

-Paul –Sara lo cogió del brazo –tengo que hablarte.

Paul se volvió.

-Ahora no, Sara, estoy tratando un asunto con…

Sara le interrumpió:

-Esto es más importante, Paul.

Paul se ofendió, era la segunda mujer en cinco minutos que le daba órdenes. Lo pagó con ella.

Operación "Línea de Tiempo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora