Operación "Línea de Tiempo"

Capítulo 61. Vete y cásate con Paul

Aquella noche Sara acudió al pub donde sabía que John estaría, pues Paul le había dicho que habían quedado todos para tomar algo. Él no había tenido ganas de salir, pero no tuvo inconveniente en que Sara fuera. Pensó que era buena señal que le apeteciera dar una vuelta y divertirse, después de lo mal que había estado las últimas semanas.

John estaba solo, sentado en un taburete junto a la barra. No mucho más lejos estaban George y Ringo. Saludó a éstos con la mano y fue directamente hacia John.

-John...

Este no se volvió, pero ella se dio cuenta en seguida de que, a pesar de ser tan pronto, llevaba ya bastantes copas de más.

-Qué sorpresa, tú por aquí sin Paul. ¿Tu prometido te deja salir sola a la calle?

Sara suspiró. Se sentó junto a él y pidió una cerveza.

-John, hoy he estado con Cyn.

John encendió un cigarro y no dijo nada.

-Te has pasado, amigo.

-¿Yo? ¿Te ha contado lo que me dijo?

-Oh, sí, que estás liado con esa zorra infiltrada de Ono.

John se volvió desencajado.

-No la llames así.

-Es lo que es y lo sabes, ya te lo conté, está aquí para...

-Me importa una mierda lo que tú sepas. ¿Quién te crees que eres? Siempre dándonos consejos y diciéndonos lo que tenemos que hacer. Desde que estás aquí tengo miedo hasta de ir al baño, por si eso influye en mi futuro. Estoy harto, Sara, prefiero morir porque he tomado mis propias decisiones que seguir viviendo así. Ya hemos salvado a tu Paul, que es lo que tú querías, ahora déjame en paz, ¿qué coño te importa lo que me pase?

-John, eres mi amigo, claro que me importa -contestó ella con sinceridad.

Este rió con amargura.

-Amigo, claro. Dices eso demasiadas veces, y cada vez que lo haces se me clava como un puñal.

Sara trató de mantener la calma, no había ido allí a discutir, sino a intentar arreglar las cosas. Se bebió media cerveza de un trago para calmarse.

-John, habla conmigo, dime cómo te sientes, desahógate, pero no lo pagues con Cyn, no lo merece.

John la miró unos segundos.

-¿Hace falta que te diga lo que siento? ¿No lo sabes aún? Eres lo suficientemente inteligente, aunque no me extrañaría nada que Paul te hubiera pegado su estupidez innata.