Operación "Línea de Tiempo"

Capítulo 78. El archivo secreto del MI5

-Ya puede salir –susurró la agente Pickard en cuanto hubo estacionado en el parking.

Sara se quitó la manta de encima y se levantó del suelo del coche.

-Dios, qué calor –dijo mientras Pickard abría el maletero para dejar salir a Dansbury –cuando pienso en George y Ringo entrando tranquilamente por la puerta...

-A usted habría sido más difícil disfrazarla, la recordarían por haber estado aquí el otro día preguntando por Smith –dijo Dansbury sacudiéndose.

-Quédense dentro del coche, si ven acercarse a alguien agáchense. Vendré a buscarles en unas horas –dijo Pickard.

-Buenos días, tenemos cita con la agente Emma Pickard, somos el señor Harold y el señor Richardson.

La recepcionista los miró frunciendo el ceño. El aspecto de aquellos dos jóvenes era cuanto menos curioso.  Uno de ellos, el más bajo, llevaba barba y bigote, así como unas enormes gafas de cristales gruesos. El otro, algo más alto, con una media melena rubia muy mal cortada, también llevaba gafas, pero de sol. Se encogió de hombros, estaba acostumbrada a ver gente muy rara por allí. 

-Un momento, veré si ha llegado.

Hizo una llamada corta y se volvió hacia ellos.

-La agente Pickard les está esperando, pueden pasar, aquí tienen las identificaciones. Primer piso.

-Gracias –dijo el hombre rubio girándose hacia el ascensor.

-¿Nos conocemos? –preguntó la recepcionista de repente. –Su voz me resulta muy familiar.

-Eh, no, no lo creo, no somos de Londres. Somos, eh, irlandeses –contestó él.

-Oh, me habré confundido, disculpe.

-¿Sabe? –dijo Ringo en cuanto llegó al despacho de Pickard y empezó a quitarse la nariz falsa  –ahora entiendo cómo habrían hecho para hacer pasar a Campbell por Paul, no tenía ni idea de que existieran estas cosas.

-¿No se mosquearán si no nos ven irnos? –preguntó George.

-No, ahora están a mi cargo, confían en mí. Además, aquí se vigila quién entra, pero no quién sale. A veces nos quedamos trabajando de noche.

-¿Y si nos ve alguien cuando salgamos por la noche? –insistió George.

-Por eso tenemos que ir con cuidado, pero sólo hasta que subamos al último piso, allí no hay despachos. Señor Starkey, vuelva a ponerse eso.

A eso de las nueve de la noche, Pickard bajó a buscar a Sara y a Dansbury.