Capítulo 49. Noticias de William.

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Dormí apenas tres horas. En cuanto desperté, a las nueve y media, me duché y partí para el hospital. Jim y Ángela estaban sentados frente a la puerta de la habitación. Angie se levantó y me dio un gran abrazo.


-Pequeña, ¿cómo estás? Has tenido que pasarlo tan mal, y qué valiente has sido. George nos lo ha contado. Se ha ido a casa en cuanto hemos llegado. Sois unos héroes.


Jim me puso la mano sobre el hombro.


-¿Cómo está Paul? -pregunté.


-Acaba de entrar el médico, estamos esperando. Pero creo que sigue bien -contestóJim.

El médico salió y se dirigió a nosotros.


-Ha despertado, pueden entrar -dijo.


Jim y Ángela se abalanzaron a la puerta. Yo entré detrás.


-Hijo, ¿cómo estás? -preguntó Jim.


Tenía muy buena cara, le habían quitado el respirador y le habían cambiado la venda de la cabeza por unas tiritas. Sonrió un poco.

-Bien -dijo. Se volvió hacia mí. Me acerqué.


Cogió mi mano y me la apretó con fuerza. Me agaché para abrazarle mientras unas lágrimas corrían por mi cara. Jim y Ángela salieron en silencio.


-Paul, he pasado mucho miedo -le dije llorando.


-Lo sé.


-¿Qué pasó?

-Brian y yo volvíamos del aeropuerto. De repente una furgoneta salió de la nada y se interpuso en nuestro camino, tuve que frenar. Salieron dos tíos de dentro que nos apuntaron con unas pistolas. Nos hicieron bajar del coche y nos empujaron a la parte de atrás de la furgoneta, intenté resistirme y gritar, pero me dieron un golpe y ya no recuerdo más. Sólo estar semiinconsciente y sentir mucha sed. ¿Cómo he llegado hasta aquí? ¿Qué ha ocurrido?


Le conté toda la historia, desde el momento en que llegué al estudio y supe que no había ido allí. No le dije nada de la visita al doctor Simmons, no quería contárselo en ese momento. Cuando terminé, Paul estaba muy asombrado.

-¿Hicisteis todo eso? Es impresionante -sonrió -Ringo con su rifle... John a puñetazos y tú... la más valiente de todos. Me has salvado la vida.


-Bueno, sólo hice lo que tenía que hacer, jamás me hubiera quedado esperando a que te pasara algo.

Paul me apretó la mano con fuerza. De repente, recordó algo:


-Oye, ¿y qué hay de la visita al doctor? ¿Fue todo bien?


Me ruboricé y traté de disimular.


Operación "Línea de Tiempo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora