Capítulo 14. Una charla en el avión.

62 8 0
                                    

Aquella noche, en medio de su borrachera, John comenzó a escribir dos canciones. Una de ellas se convertiría en You’ve got to hide your love away. La otra, You gonna lose that girl. Ambas formarían parte de la película que empezarían a rodar en breve, Help.

Cuando por fin dejé de llorar me dí cuenta de que debía olvidarlo aunque tuviera que arrancármelo a tirones. “Recuerda el motivo por el que estás aquí” –me repetía. Si seguía así acabaría diciendo o haciendo alguna estupidez y eso era lo que menos me convenía. Cynthia tenía razón: aquello no era bueno. ¿Que sentía algo por él? Vale, sí, admitido. Pero todo tenía que quedarse ahí. Por la mañana me levanté con ese firme propósito.

Al día siguiente, a mediodía, se encontraron todos en el hall del hotel preparados para ir al aeropuerto. John llevaba una cara horrible, ocultaba sus ojos detrás de unas gafas de sol.

Paul estaba allí, solo.

-¿Y Jane? –preguntó Cynthia -¿Aún no está lista?

-Se ha ido hace horas, ha vuelto a Ruán.

Sara se volvió a mirarlo. No tenía buen aspecto. Sin embargo, decidió no decir nada. No era de su incumbencia.

En el avión, Paul se sentó con Neil en el primer asiento. Pattie se acomodó con George, John con Cynthia y Ringo con Maureen. En el viaje de ida Sara había ido con Cynthia, pero en esta ocasión le había dicho que pasara el viaje con su marido, se lo merecía, a pesar de que John no parecía muy hablador. Brian y Mal iban juntos, y en el otro compartimento se acomodaron los montadores y demás técnicos. Sara decidió sentarse sola, en el último asiento, detrás de Ringo y Maureen. Le apetecía pensar, y no tenía muchas ganas de hablar con nadie.

El avión despegó, y Sara pensó que no había tenido la oportunidad de ver nada de París.

A los diez minutos de vuelo, Ringo y Maureen se levantaron entre risitas y salieron, seguramente al servicio. A Ringo le gustaba eso. John hubiera hecho algún comentario al respecto, pero su terrible resaca no le permitía hablar. Cynthia apoyó la cabeza en su hombro.

Poco después se levantó Paul, con la intención de ir al baño. No había visto a la otra pareja dirigirse hacia allí.

-Creo que está ocupado –dijo Cynthia cuando lo vio pasar -están Ringo y Maureen.

-Joder, ¿otra vez?

Vio a Sara sola en el asiento, asomada a la ventana con la mirada perdida. Decidió sentarse un momento con ella hasta que salieran los fogosos amantes del baño.

Sara se volvió a mirarle. Le sonrió levemente y regresó a sus pensamientos.

-Me toca esperar a que Ringo se corra la juerguecita en el baño –dijo Paul con tono jocoso, intentando disipar la tensión.

Sara no dijo nada.

-¿Has dormido bien?

-No.

-Yo tampoco. Y ahora mismo estoy hecho polvo.

Sara se volvió a mirarle con expresión asombrada. No podía creer que Paul le dijera eso. Si se había pasado la noche haciéndolo con Jane, podría abstenerse de pasárselo por la cara. Le pareció de mal gusto. Paul se dio cuenta en seguida de su metedura de pata.

-Me refiero a que ha sido todo un desastre. Me siento fatal.

Sara lo miró, apaciguada. De repente, se olvidó de sí misma y se dio cuenta de que Paul necesitaba hablar.

-¿Qué pasa?

-Es Jane. No sé qué ocurre, esto no funciona. Pasamos demasiado tiempo separados. Apenas viene a los conciertos, ya lo sabes. Una relación no se puede mantener así. Antes vivíamos juntos, pero desde que todo esto empezó, cada vez que la veo me parece otra persona.

Sara reflexionó un momento. Lo comprendía.

-Piensa que tú tienes tu carrera y ella la suya. Parece una mujer muy independiente que no desea dejar a un lado su profesión. No tiene por qué renunciar a eso. Nadie debería hacerlo.

Paul la miró unos instantes sin decir nada. Se había sorprendido con sus palabras.

-Bueno, quizá, si somos dos personas cuyas carreras son incompatibles, es que no estamos hechos el uno para el otro. Ya no. Las cosas han cambiado.

-¿Lo has hablado con ella?

-No, no he tenido la oportunidad. Hablar con ella es un poco difícil.

-Inténtalo, a lo mejor te sorprendes.

Paul puso cara de escepticismo. Sara se volvió hacia la ventana.

-Os quedó muy bien She’s a woman. Esa canción me gusta mucho.

-Sí –contestó él pensativo –creo que así debería ser una novia.

En ese momento salieron Ringo y Maureen. George dijo algo sobre “un pájaro de altos vuelos”; todos se rieron, incluida Sara. Era la primera vez que lo hacía desde la tarde anterior.

Paul pasó el resto del vuelo sentado con Sara. Hablaron todo el tiempo, de una forma despreocupada. A los dos les sentó muy bien. 

Operación "Línea de Tiempo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora